La expropiación petrolera cumple hoy 82 años y Petróleos Mexicanos, la empresa producto de este acto, se enfrenta a uno de los panoramas más complejos de su historia: sus pasivos son superiores a los 105,000 millones de dólares, lo que la convierte en la petrolera más endeudada del mundo, y la pérdida del grado de inversión parece inminente, con todos los efectos que esto tendría en la calificación soberana de México.
El actual gobierno ha decidido medir el éxito de Pemex mediante el volumen de su producción de crudo, lo que ha colocado a la empresa en una situación precaria frente al panorama internacional. Esta estrategia ha significado la puesta en operación de campos que se encontraban abandonados y que, en algunos casos, requieren precios superiores a los 400 dólares por barril para hacer viable su producción.
La mayoría de los campos operados por Pemex requieren precios de alrededor de 50 dólares por barril para justificar su producción. El día de ayer, la baja mundial en la demanda de crudo golpeó de forma especialmente fuerte a la Mezcla Mexicana, que llegó a los 18.78 dólares por barril, su nivel más bajo desde 2002. Estos niveles podrían hacer inviable cerca del 70% de la producción actual y, según expertos, tendrían que modificar las metas de producción de la compañía para colocarlas más cerca de los 1.4 millones de barriles diarios. Una reducción cercana al 23%.
“Sin importar si produces uno o tres millones, se debería buscar que te dejen mayores dividendos, sobre todo considerando el esquema fiscal de Pemex. Esto se debe determinar al revés (de lo que ha hecho la administración). Primero ver cuál es el punto de equilibrio y cuáles son las acciones a tomar para optimizar recursos y maximizar utilidades, y finalmente establecer una meta volumétrica. Se está comenzando al revés”, consideró Erick Sánchez Salas, Business Developer de IHS Markit.
La importancia de Pemex en las finanzas públicas mexicanas ya tiene a los analistas al pendiente de cualquier movimiento que pudiera impactar el desempeño económico nacional. El banco suizo Credit Suisse envió un reporte a sus clientes el día de ayer en el que recortó su pronóstico del crecimiento económico de México a -4%, y citó la caída en los precios del crudo y una potencial disminución en la producción de Pemex durante el segundo trimestre de este año.
Sánchez Salas destacó que las empresas multinacionales del sector están descartando los planes que tenían antes del conflicto entre Rusia y Arabia y que están optando por ponderar el destino de su presupuesto operativo priorizando retornos a corto plazo y márgenes mayores, lo que la empresa mexicana aún no ha hecho.
“Los precios de 50 dólares por barril, aunque suene drástico, son un pasado que ya no existe. El nuevo normal son precios con máximos de cuarenta que se van a mantener hasta el 2023”, advirtió.
Este escenario es especialmente complicado para Pemex, que basó su estrategia de producción en la recuperación de campos cuya operación requiere precios de crudo mucho más altos que los que existían incluso a principios del año.
Durante enero, la producción rebasó los niveles vistos durante 2019, aunque no pudo alcanzar el promedio de 1.8 millones de barriles diarios producidos en 2018.
La refinación es otro de los grandes dolores de cabeza para la empresa. A pesar de que la administración ha mencionado su intención de recuperar la capacidad de las refinerías existentes, la producción de gasolinas y diésel en enero fue inferior a la vista en 2019. Mientras tanto, la gasolina estadounidense a precio de importación alcanzó los 50 centavos de dólar por galón.
La Agencia Internacional de Energía ha señalado que este es el peor momento para refinar desde la crisis de 2018, esto se agrava debido a las desventajas competitivas que México tiene frente a Estados Unidos. Las refinerías americanas utilizan alrededor del 5% de los empleados que las refinerías mexicanas necesitan en la producción de gasolina, además de que tienen acceso a gas natural a precios más competitivos. Esta situación haría aún menos viable el proyecto de la refinería en Dos Bocas.