En el primer semestre de 2023, la deuda de corto plazo de Petróleos Mexicanos (Pemex) se incrementó en 43.5% anual, revirtiendo la reducción que logró en el mismo periodo de 2022.

Al cierre de junio, este rubro alcanzó su mayor nivel en lo que va del sexenio, al ubicarse en 30,252 millones de dólares (516,456 millones de pesos), en comparación con los 21,081 millones de dólares del año previo.

De ese monto, la petrolera debe amortizar 19,282 millones dólares en lo que resta de este año, un monto equivalente al 17.4% de su deuda total, según su reporte financiero.

La deuda de corto plazo representa el 27% del pasivo total de Pemex (siete puntos porcentuales más que hace un año), mientras la de largo plazo significa el 73% restante.

Víctor Gómez Ayala, economista y catedrático del ITAM, explicó que el incremento tanto en el monto como en la concentración de la deuda de corto plazo tiene que ver con la estructura de refinanciamiento de la estatal, donde “cada vez se tiene que renovar la deuda que se va venciendo con un horizonte mucho más corto de negociación”.

Durante la actual administración federal, Pemex cambió la estrategia de emitir bonos con una tasa fija para pagar las deudas que vencían por el financiamiento mediante líneas bancarias revolventes.

En consecuencia, han tenido que enfrentar vencimientos más inmediatos y eso los expone a un costo de refinanciamiento en un entorno de tasas más elevadas

expuso el profesor de Economía del ITAM en entrevista.

Deuda total sube; baja la de largo plazo

El saldo nominal de la deuda de la estatal ascendió a 110,509 millones de dólares (1.89 billones de pesos) al 30 de junio, un incremento de 2.2% anual, que la empresa atribuyó a la apreciación del peso ante el dólar en este lapso.

Contrario a la deuda de corto plazo, Pemex logró disminuir la de largo plazo en 7.8%, su tercer retroceso consecutivo.

Al cierre de junio, este rubro totalizó 80,258 millones de dólares, respecto a los 87,011 que se reportaron en el mismo lapso del año previo.

Vencimientos importantes

En su llamada con analistas del tercer trimestre, Pemex indicó que enfrenta vencimientos por 4,100 millones de dólares para este año y 11,200 para el siguiente, el monto más elevado que deberá cubrir la estatal en la próxima década.

La compañía también informó que recibió una aportación por 64,970 millones de pesos por parte de la Secretaría de Hacienda que utilizará para enfrentar sus próximos vencimientos y mejorar su posición financiera.

La petrolera apuntó que seguirá contando con el apoyo del gobierno federal, pero que no necesariamente serán transferencias.

“Pudiera considerarse eventualmente alguna otra medida fiscal (…) o en caso de que se determine alguna ventana atractiva, y en estrecha coordinación con el gobierno, evaluar un potencial regreso ordenado y consensuado a los mercado de capitales”, señaló Carlos Cortez, director corporativo de finanzas de la empresa.

A finales de julio, el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, apuntó a una posible reducción mayor de carga fiscal a Pemex el próximo año, pero solo si el margen de maniobra de las finanzas públicas lo permite.

En opinión de Gómez Ayala, podría esperarse otro apoyo vía transferencia por parte de Hacienda, pero las señales se verán desde el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) que se dará a conocer en septiembre.

“Desde el PPEF le asigna cada año a Pemex un monto para capitalización que le ayude al pago de su deuda, va a depender mucho de las expectativas que tenga el gobierno federal sobre el precio del petróleo, en la medida que sea más favorable van a poderle transferir un poco más de dinero”, apuntó.

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