En noviembre del 2022, las importaciones de gasolinas y diésel registraron una disminución mensual de 25% y 14.4%, pues la producción nacional de Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó un crecimiento.
De acuerdo con las estadísticas mensuales de la petrolera, en noviembre pasado importó un total de 303,400 barriles de gasolina diarios, y 147,000 barriles de diésel.
Ello significa 105,000 y 24,000 barriles menos, respectivamente, en comparación con lo registrado el mes previo.
La reducción de las importaciones de combustibles es uno de los objetivos que tiene la empresa mexicana para sustituirlas por producción nacional.
Si bien, desde el inicio de esta administración se comenzó con una tendencia a la baja, ésta se interrumpió por la alta demanda generada por la reactivación económica post Covid.
Producción aumenta 26%
La disminución registrada en noviembre del año pasado estuvo acompañada de un crecimiento mensual del 26% en la producción de gasolina (con un total de 312,900 barriles diarios), mientras que el diésel también presentó un aumento del 26% (un total de 119,000 barriles diarios).
Cabe destacar que lo anterior es producto del programa de rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación (SNR), que ha permitido un incremento en la producción nacional de combustibles de transporte de más de 95% desde que comenzó la actual administración, además de abonar a la reducción de las importaciones de estos petrolíferos.
Conforme al Plan de Negocios de PEMEX 2023-2027, la paraestatal continúa concentrando sus esfuerzos en atender los mayores desafíos que enfrenta, donde destaca la reducción de su dependencia de la importación de productos terminados.
Si bien las necesidades de importación de combustibles siguen siendo importantes, las mejoras en el proceso de refinación promovieron que las compras de mercancía para reventa no se incrementaran de forma significativa
menciona la empresa en dicho documento.
La modernización del SNR y la compra de la refinería Deer Park en Texas, permitieron avanzar en el plan de lograr la soberanía energética, misma que se espera alcanzar en 2024.
Con esto se dejaría de comprar las gasolinas y el diésel en el extranjero, y se abastecería por completo gracias al mercado interno.