El mercado del gas LP está en el ojo del gobierno federal y de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) debido a los altos precios registrados en lo que va del año. Sin embargo, muchos de los vicios que aquejan a este subsector se deben a la forma en la que fue liberalizado, el papel que juega Pemex y el control que ejercen algunos participantes de este mercado.

 

La industria del gas LP es una de las más consolidadas y más maduras en el sector energético. Pemex comenzó a comercializar en los 60 y en muy poco tiempo se lo pasó a terceros, pero siempre ha habido control de precios que generó un mercado cerrado que sólo Pemex podía abastecer

  explicó Susana Cazorla, socia fundadora de la consultora SICE nrgy.

 

Durante los primeros diez años, Pemex abastecía la demanda con cerca de 70% de producción nacional de gas, pero al paso del tiempo aumentaron las importaciones, que también estaban a cargo de la paraestatal, explicó la especialista.

Así, el control de precios provocó entonces que Pemex tampoco recuperara los costos que le generaba la importación, además de que el país carecía del almacenamiento necesario.

Esto llevó a que la empresa estatal negociara con empresas privadas para anclar la capacidad de almacenamiento en ciertos puntos del territorio nacional, para que las importaciones de Pemex se realizaran a través de estos privados.

“Fue la política pública de mercado cerrado y las negociaciones de Pemex lo que fortaleció a estas empresas y logró que se integraran verticalmente, porque el almacenamiento se construyó a petición de Pemex”, destacó Cazorla.

 

Monopolio imperfecto en gas LP

Santiago Arroyo, abogado experto en el sector coincidió en que, el mercado del gas LP tiene pocos actores; incluso, la investigación de Cofece fue en parte a la ausencia de actores en este mercado, porque se trata de una quinta parte de los que existen en el mercado gasolinero. “Esto genera cotos de poder comercial en ciertas empresas y es lo que puede provocar un monopolio imperfecto”.

El abogado señaló que el estado actual del mercado es producto de la legislación inicial, la falta de facultades de la Cofece para establecer mecanismos para remediar desbalances en el mercado, así como la inactividad e ineficiencia de la Comisión Reguladora de Energía.

El presidente se ha referido a “cinco grupos que controlan el 50% del mercado”. Aunque no existe confirmación por parte de la oficina del Ejecutivo. Cazorla señaló que México es uno de los países con mayor número de empresas participando en este sector, y no todas ellas tienen presencia en todo el territorio.

Por este motivo, podría decirse que el país no es un sólo mercado, sino un cúmulo de mercados relevantes, lo que hace difícil pensar que existe un control tan absoluto como el que ha sido mencionado por presidencia, sobre todo por limitaciones geográficas.

El mercado actualmente tiene alrededor de 300 comercializadores, entre grupos e independientes, los cuáles cuentan con cerca de 1,300 plantas de distribución. Los territorios en los que no existen instalaciones de almacenamiento presentan costos 20% más altos, por lo que la experta señaló que la inversión en infraestructura podría ser una alternativa a la creación de Gas Bienestar.

En México existen 33 plantas de almacenamiento, de las cuales 23 son privadas. Estas instalaciones son de distintos tamaños, pero incluyen por ejemplo a Caverna salina que representan cerca del 30% de la capacidad nacional de almacenamiento, y que es de construcción privada pero destina el total de su capacidad a Pemex.