La reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, que actualmente se encuentra suspendida, promueve diversos cambios a las condiciones actuales del mercado eléctrico. Uno de los más importantes es el orden del despacho eléctrico, el cual sigue siendo una incógnita, más allá de algunas generalidades, a pesar de que será uno de los cambios con mayores consecuencias para los consumidores y el medio ambiente.

“Vamos a modernizar todas las hidroeléctricas, ya voy a anunciar un plan de modernización (…) vamos a cambiar turbinas para producir más energía limpia con menos costo, vamos a empezar con 14 hidroeléctricas”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia matutina del 3 de marzo.

Dar un impulso a la energía producida en las hidrogeneradoras es complicado, pues no existe total libertad para modificar los niveles de agua en cada instalación, y cambiar esta situación requeriría de aún más modificaciones a la normativa existente, explicó Elie Villeda, analista del sector.

“Hidroeléctrica tiene ya unas reglas de operación. Operarla de forma constante, como el Presidente lo pide, requiere utilizar el agua para la generación eléctrica por encima del consumo humano, y para eso hay que cambiar también las leyes de Conagua”, dijo Villeda.

Este obstáculo permitiría que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) siga dependiendo de su generación a base de combustóleo y carbón, con lo que cumpliría uno de los objetivos de las modificaciones impulsadas por presidencia.

“El tema del combustóleo es trascendental y es parte de las motivaciones de la ley. Sin embargo, no creo que sea el detonante de los cambios. Lo que sí hace es resolver un problema porque se genera con algo que ya está ahí, pero falta ver cómo harán para justificar el despacho”, dijo una fuente que prefirió no ser identificada.

“Al final, el gobierno corporativo de Pemex podría buscar socios para limpiar el combustóleo y colocarlo en el mercado internacional. Este subproducto que está ocupando almacenamiento es una decisión de empresa y de Estado”, explicó la fuente.

Durante su sesión de parlamento abierto, la CFE dijo que buscará que los costos dejen de ser variables y se conviertan en fijos, lo que requerirá de la creación de un modelo matemático en el cual se priorice siempre la energía hidro y después la de CFE. Esto, dijo Villeda, es el segundo gran reto.

“Ya no va a ser un mercado basado en costos, y también se tendrán que modificar muchas reglas de operación en los manuales de Cenace y CFE. Se tendrá que ir parchando la ley para acercarla al modelo que busca presidencia”, explicó.

Cenace habría lanzado, a finales del mes pasado, una invitación restringida mediante la cual buscan a un experto que los ayude a modelar los costos variables de estas nuevas circunstancias de mercado.

Finalmente, Villeda advirtió que la ambición del gobierno federal podría resultar contraproducente para la habilidad operativa de CFE, al aumentar la carga a plantas que ya no estaban siendo utilizadas de forma constante.

“En el mejor de los casos, los consumidores verán un incremento en las tarifas de luz similar a la inflación. En el peor de los escenarios se pondrá demasiada presión a las plantas de CFE al dejar de generar con una visión económica y haciendo esta generación forzosa, lo que complica ofrecer precios competitivos”, dijo el experto.