La Comisión Federal de Electricidad ha externado que no realizará condonaciones ni prórrogas a los pagos de las tarifas eléctricas, a pesar de la baja en el consumo de los sectores industrial y residencial.
Los expertos consideran que la empresa que dirige Manuel Bartlett sí está en condiciones de operar sin el flujo inmediato de ingresos, pero podría ser Pemex lo que impide que esto ocurra.
“No hay una justificación técnica para decir que el consumo del sistema ha sido tan bajo que CFE no pueda recuperar sus costos. Más que una razón técnica, parece ser una razón política para no usar en CFE recursos que se pudieran utilizar en otra áreas que pudieran resultar prioritarias”, explicó Ricardo Granados, analista de mercados regulados en Ombudsman Energía México.
Las declaraciones, agrega, parecen ir más en razón de presiones externas y la realidad económica del país que resta holgura al presupuesto.
El sector industrial representa alrededor del 60% del volumen de ventas de CFE. Si a esto se agrega comercial y servicios, el porcentaje se encuentra alrededor del 70%.
René Narváez, especialista en el mercado eléctrico, dice que la demanda nacional sólo ha bajado alrededor del 25%. Este impacto es similar al visto durante días feriados, sin embargo, la falta de transparencia por parte de la empresa productiva del Estado hace que sea complicado calcular el impacto económico de esta baja sostenida.
“En el segmento industrial, en particular, yo no veo que CFE esté apretado (económicamente), porque al final de cuentas es el nicho que le permite obtener flujo, pues está exento de subsidios. En los contratos de este tipo están sentadas las bases mediante las cuales se pueden solicitar prórrogas, y éstas tienen que ser respetadas” detalló Narváez.
Una de las razones por las que es complicado calcular el monto total de las afectaciones a CFE es la naturaleza de su generación eléctrica.
Arriba del 60% de la generación corresponde a ciclos combinados, que tienen un costo de inversión relativamente menor comparado con la energía renovable, pero costos de operación mucho más altos. En teoría, la baja en la demanda de energía permitiría a CFE satisfacer la capacidad solicitada mediante el uso exclusivo de energía limpia, lo que disminuiría el costo de la energía generada.
Granados indicó que la energía que se comercia actualmente es hasta 50% más barata que la que estaba disponible el año pasado, en gran parte debido a la entrada en operación de 3,000 MW de energía limpia.
Sin embargo, existen plantas que no se pueden apagar por completo para garantizar la fiabilidad del sistema y la correcta operación a futuro de estas plantas, por lo que algunas de ellas siguen generando gastos operativos, aunque se trate del mínimo técnico.
Narváez cree que otra de las razones que pueden haber pesado detrás de las declaraciones de CFE, sobre todo las de la conferencia del pasado 24 de marzo, es prevenir una avalancha de solicitudes de prórrogas y condonaciones por parte de privados, lo que podría recortar los ingresos en el corto plazo.
Víctor Ramírez, analista del sector energético, recordó que los grandes consumidores ya no están en un sistema tarifario, sino en el Mercado Eléctrico Mayorista, por lo que su comportamiento es distinto. Sin embargo, éstos siguen pagando sus obligaciones en materia de transmisión y distribución.