La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que llevó a la Unión Americana a aplicar aranceles a los autos chinos, ha obligado a las compañías automotrices del país asiático a buscar un nuevo mercado y México se ha posicionado como un buen refugio.
Sin embargo, esto no ha gustado en Washington, ya que temen que la frontera pueda ser utilizada como una “puerta trasera” para que compañías como BYD o MG lleven sus unidades a las carreteras estadounidenses.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE), durante 2023 China se posicionó como el principal proveedor de automóviles de México, con importaciones que alcanzaron un valor de 4,600 millones de dólares.
En las carreteras de México se pueden ver cada vez con mayor frecuencia las unidades automotrices chinas y eso se debe en gran parte a su menor precio. Por ejemplo, el Dophin Mini de BYD cuenta con un valor de alrededor de 398,800 pesos, alrededor de la mitad de lo que vale el auto más económico de la estadounidense Tesla.
Las automotrices chinas llegaron al país de manera muy agresiva. Tienen muy buenas promociones. Es un buen producto que se vende a un precio muy razonable
aseguró Juan Carlos Baker, exsubsecretario de Comercio Exterior de México.
Autos chinos en Norteamérica
Los fabricantes de autos chinos están buscando instaurarse en América del Norte, incluso algunas empresas ya han sondeado entidades federativas en México como Durango, Jalisco y Nuevo León para instalar una planta de fabricación, inversión que ayudaría con la creación de empleo en el país.
Desde Estados Unidos ven este movimiento como una estrategia de los fabricantes de autos chino para eludir las restricciones comerciales que se han instaurado en dicha nación.
México es una plataforma de producción atractiva, no sólo para las empresas chinas, sino también para otras compañías, en parte por el libre acceso que tiene al mercado estadounidense. Y puede hacer algo que en términos comerciales se llama elusión
destacó Scott Paul, presidente de la Alliance for American Manufacturing.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) apunta la eliminación de aranceles para diferentes bienes comercializados entre los países de la región. El acuerdo señala que si una empresa automotriz extranjera fábrica en Canadá o México y puede demostrar que los materiales de construcción son de origen local, los bienes pueden ser exportados a Estados Unidos prácticamente sin el pago de impuestos.
De concretarse la instauración de plantas de autos chinos en México, las marcas estadounidenses correrían un fuerte riesgo debido a los precios y a que la industria de vehículos eléctricos en Estados Unidos recién se está desarrollando.
Con información de CNBC
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