En la carrera hacia la electrificación de vehículos, México se enfrenta a varios obstáculos aún, lo que no solo alcanza a los vehículos ligeros, sino también a los pesados, sobre todo al hablar de electrolineras, una arista en la que el país tiene un amplio rezago y un panorama incierto hacia adelante. 

Esto se da en un escenario en el que, por un lado, la venta de vehículos eléctricos ligeros es muy superior a la de los pesados, aunado a que aún no se define una hoja de ruta para lograr los objetivos de electromovilidad, entre ellos la instalación de electrolineras para ambos tipos de vehículo. 

Durante 2022, la venta de vehículos eléctricos ligeros en el país rondó las 5,000 unidades, una cifra que está muy por encima de los apenas cinco vehículos pesados vendidos el año pasado, según datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA), lo que revela el incipiente camino eléctrico en ese nicho de la industria automotriz. 

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Plan de electrificación, sin ruta

Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), planteó que si el objetivo para 2050 es reducir emisiones, resulta necesario determinar con cuántas electrolineras para vehículos pesados va a contar México, en qué año y en dónde van a estar ubicadas

Tras la presentación de resultados de venta de vehículos pesados en enero de este año, el directivo de la ANPACT precisó que “no se pueden establecer objetivos y fechas clave sin tener un sustento que soporte esas proyecciones”

En ese sentido, detalló que socios como Estados Unidos ya tienen una meta definida: 500, 000 electrolineras en el mediano plazo, lo que contrasta con México, que no tiene siquiera un planteamiento de esta naturaleza, por lo que, asegura, “es en lo que ya debemos estar trabajando”. 

Sin embargo, expuso que hay una enorme diferencia entre hacer una inversión para una electrolinera destinada ‘conectar’ a vehículos ligeros particulares que a una flota de vehículos pesados.

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Subsidios, necesarios para avanzar

En el país, los esquemas de referencia se basan en pasaje urbano subsidiado por el gobierno federal o gobiernos estatales, y aunque si bien la Ciudad de México (CDMX) es ejemplo de ello, Elizalde apunta que el esquema de financiamiento del gobierno capitalino no ha sido tan claro, comparado con el presentado, por ejemplo, por el gobierno de Jalisco. 

Considero que si hubo subsidio por parte de un gobierno estatal, la electrolinera debería de ser pública porque se adquirió con recursos públicos, lo que fomentaría un aumento dado que las electrolineras de vehículos pesados de acceso público con las que el país cuenta ahora son mínimas.

En ese sentido, explicó que muchas de las electrolineras de carga rápida para vehículos ligeros que están activas se encuentran en sótanos de centros comerciales, las cuales tienen capacidad de 50 kilowatts de energía. 

Entonces, sí se requiere una inversión inicial fuerte en electrolineras, y sí tiene que haber una estrategia para fomentar el uso de las mismas

puntualizo el dirigente de ANPACT