El mercado mundial de la refinación vive uno de sus momentos más complicados a nivel mundial, con márgenes por barril que muchas veces no alcanzan a cubrir los gastos asociados con los procesos, sin embargo, Pemex sigue presumiendo la actividad como uno de sus mejores negocios y las dudas predominan sobre la viabilidad de los proyectos de las coquizadoras para Tula y Cadereyta.

“El principal problema es saber si se puede o no confiar en lo que publica Pemex, o cualquier entidad que reporte alrededor de Pemex. La información que tenemos apunta a que Pemex debería tener peores márgenes de refinación que lo que vemos”, señaló David Rosales, analista independiente del sector.

La refinación no es negocio, y hay razones para pensar que los márgenes de Pemex son peores que los del resto del mundo

Los márgenes de refinación promedio a nivel mundial superaron los tres dólares por barril a mediados de abril de este año, pero la incertidumbre y la baja demanda provocada por la pandemia causaron un periodo de volatilidad que finalmente parece haberse estabilizado en un margen cercano a 1.5 dólares por barril; un bajo índice de recuperación que apenas alcanza a cubrir costos como el transporte de combustible a los puntos de venta.

Los pronósticos pesimistas sobre la eventual recuperación del mercado ponen los reflectores en la viabilidad financiera de la reciente inversión de 75,000 millones de pesos anunciada para la rehabilitación de las coquizadoras en Tula y Cadereyta.

“El 2020 se aprecia como uno de los años más complicados en la historia de la refinación. El tema es que no se prevé un incremento en la demanda que justifique un crecimiento en los márgenes y no se espera que esto cambie en unos 30 meses”, dijo Érick Sánchez Salas, business developer de IHS Markit.

Lo que justificaba las inversiones (en Tula y Cadereyta), agrega, eran las políticas de combustible marino que entraron en vigor este año, pero la crisis económica cambió todos los fundamentales.

“Los márgenes globales de refinación parecen estarse estabilizando… pero alrededor de 1.5 dólares por barril”

Para Sánchez Salas, sería interesante tener transparencia sobre los criterios que llevaron al análisis en el que se decidió la postergación y eventual cancelación de estos proyectos a principio de sexenio.

“El principal problema de Pemex es uno de productividad, y aunque tengas las coquizadoras no se va a generar algo paradigmático si no se mejoran el resto de las condiciones de la planta”.

Rosales señaló que los números de Pemex incluyen también elementos como subsidios cruzados y transferencias de valor entre Pemex Transformación Industrial y Pemex Exploración y Producción, los cuales son difíciles de reconocer.

Sobre Dos Bocas, ambos expertos consideraron que el proyecto no tenía un sentido comercial incluso antes del mal momento del mercado de la refinación, y que este sólo agrava las preocupaciones de analistas independientes. Recientemente, el Fondo Monetario Internacional instó al presidente a retrasar el proyecto.

“Las inversiones en el Sistema Nacional de Refinación son lo mejor para Pemex TRI, pero Pemex no es sólo TRI, y existen otras áreas de la empresa, como Exploración, que tal vez requieren de mayor atención”, advirtió Rosales.