• La sostenibilidad está marcando el rumbo del mercado inmobiliario en México. Gustavo Felipe Tomé Velázquez**, experto en el sector, analiza las principales tendencias que están transformando la industria, desde la eficiencia energética hasta el uso de materiales ecológicos, en respuesta a las demandas de las nuevas generaciones.

El mercado inmobiliario mexicano se encuentra en cambios constantes, la demanda pujante también solicita cambios más sostenibles en el diseño y la construcción de las viviendas. La sostenibilidad se convirtió en el eje central que redefine las expectativas de los compradores y arrendadores. 

Las nuevas generaciones, particularmente los millennials y Gen Z, tienen solicitudes e intereses particulares que integren prácticas ecológicas y reduzcan su impacto ambiental.

La vivienda sustentable sería un tema imprescindible dentro de la conversación en 2024, ya que se espera que aumente la preferencia sobre este tipo de propiedades, donde la energía renovable, sistemas de ahorro y materiales sostenibles, predominen en las decisiones de compra, según muestra un análisis de Softec. 

Desde mi experiencia observo tres pilares clave que están marcando el futuro del sector inmobiliario. Por un lado, la eficiencia energética que busca reducir el consumo de electricidad a través del uso de tecnologías como paneles solares, sistemas de aislamiento térmico y ventanas de doble acristalamiento. Soluciones que generan ahorros en los costos operativos de las viviendas y contribuyen a la reducción de emisiones de carbono.

De acuerdo con datos del Consejo Mundial de Edificación Verde (WGBC, en inglés), se calcula que los edificios sostenibles ahorran 40% en consumo de agua, reducen hasta 30% el uso de energía y la emisión de gases contaminantes, así como entre 50% y 75% de los desechos generados por construcción y demolición.

Una segunda tendencia es la gestión sostenible del agua, fundamental en un país como México, donde la escasez hídrica se ha convertido en un desafío.

Y es que los desarrollos inmobiliarios están incorporando sistemas de recolección de agua de lluvia y tecnologías de riego eficiente para minimizar el desperdicio de este recurso.

Por ejemplo, en zonas urbanas como Ciudad de México y Monterrey, estas prácticas se están convirtiendo en un estándar que permite a los proyectos inmobiliarios responder mejor a las limitaciones ambientales locales.

Por último, la utilización de materiales reciclados y ecoamigables, como el concreto reciclado y la madera certificada, se está posicionando como una opción viable para minimizar la huella de carbono de los desarrollos.

Esta práctica, además de ayudar a reducir el impacto ambiental, también agrega valor a los inmuebles, especialmente en un mercado donde la responsabilidad ambiental se ha convertido en un criterio decisivo para los consumidores.

“El cambio hacia estos materiales es un paso clave para una industria que necesita adaptarse a las demandas de un mundo más consciente del medio ambiente”, asegura Tomé Velázquez.

A pesar de las oportunidades que representan estas tendencias, la transición hacia un mercado inmobiliario más verde presenta importantes desafíos para los desarrolladores.

Es importante recordar que, aunque implique un costo inicial mayor y que pueda ser una barrera para algunos actores del sector, se traduce en beneficios a largo plazo, tanto en términos económicos como ambientales. 

Además, la educación del consumidor sobre los beneficios de vivir en espacios sostenibles se está convirtiendo en un aspecto fundamental para garantizar el éxito de estos proyectos.

**Gustavo Felipe Tomé González es especialista en el sector inmobiliario, es Ingeniero Físico Industrial egresado del TEC de Monterrey. También es Director del Instituto De Emprendimiento Eugenio Garza Laguera y actualmente es el presidente de Fibra Plus.