Tras concluir los 90 días otorgados a Boeing para que mostrara un plan de seguridad respecto a algunos modelos de sus aviones, la Administración Federal de Aviación (FAA) se reunió con la compañía y concluyó que ésta seguirá sin poder aumentar sus producción del 737 Max.
A principios de año, la FAA prohibió al fabricante aumentar la producción de aviones, después del accidente donde en pleno vuelo explotó un tapón de la puerta de un nuevo 737 Max vendido a Alaska Airlines.
Mike Whitaker, administrador de la FAA, dijo en una conferencia de prensa —después de la reunión de aproximadamente tres horas— que el trabajo de Boeing en cuestión de seguridad estaba lejos de estar completo.
No aprobaremos aumentos de producción más allá del límite actual hasta que estemos satisfechos
dijo Whitaker.
Además, señaló que el regulador se reunirá con el fabricante de aviones cada semana para revisar sus métricas de desempeño junto con revisiones mensuales.
Retrasos en la fabricación pone en aprietos a Boeing
Boeing está lidiando con una crisis que ha agotado el efectivo de la empresa que está ansiosa por mejorar su reputación después de los accidentes fatales de Max en 2018 y 2019, donde fallecieron 346 personas.
A causa de estos problemas, la FAA ordenó que la compañía redujera la producción y mejorara los procesos de fabricación. Esto tuvo un impacto en la entrega acordada con aerolíneas como United, que a su vez ha tenido que redefinir sus planes de crecimiento.
Una menor producción eleva los costos y menos entregas de aviones privan a la empresa de efectivo porque las aerolíneas pagan la mayor parte del precio del avión al momento de recibirlo.
El director financiero, Brian West, dijo que este año la compañía espera quemar efectivo en lugar de generarlo. Solo para el segundo trimestre, Boeing espera utilizar cerca de 4,000 millones de dólares (mdd).
Con información de CNBC
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