En 1900, la reina Victoria nombró a Champagne Lanson como proveedor oficial de la Corte Real, pero esa larga tradición ha quedado atrás 125 años después por una revocación del rey Carlos III, en donde también se han visto involucradas las marcas Krug, del conglomerado LVMH, y Mumm, de Pernod Ricard.
Si bien las marcas aceptaron la decisión, no indicaron el impacto que podría haber en sus negocios. Sin embargo, el año pasado Lanson dijo que la designación era “muy importante” para la marca.
La decisión de Carlos III será particularmente difícil de afrontar para Lanson, ya que el enfoque de la firma francesa es la exportación y el Reino Unido es su mercado principal. Incluso cuenta con una asociación de cuatro décadas con el torneo de tenis de Wimbledon.
Con el anuncio, también se les prohibirá a las marcas exhibir los escudos de armas en las botellas o sacar cualquier beneficio financiero que provenga del patrocinio que estuvo vigente durante décadas.
El rey Carlos III pone en riesgo al champán
El mercado británico fue uno de los más importantes para el champán durante 2023 en la comercialización por botellas, solo por detrás de Estados Unidos, por lo que este anuncio es un golpe complicado para el negocio de esta bebida.
Durante 2024, los envíos para todo el sector retrocedieron 9.2% y la situación se podría agravar con la repentina determinación de la corona británica. En su último año fiscal, Pernod Ricard reportó una caída de dos dígitos en las ventas de Mumm.
Un estudio de 2023, realizado por Brand Finance, reveló que el ser conocido como proveedor de la familia real otorga mayor estatus entre los consumidores e incluso se muestran dispuestos a pagar un precio más alto, especialmente cuando se habla de bebidas espirituosas.
Hasta el momento, el rey Carlos III y la reina Camila han otorgado el sello de proveedor a 542 marcas, entre las cuales se encuentran Coca-Cola, Kellogg, Nestlé, Burberry Group y la fabricante de autos de lujo Bentley.
Con información de Bloomberg
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