El huracán Laura, una de las tormentas más peligrosas en pasar por el estado de Louisiana, tocó tierra este jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora y el riesgo de producir “paredes de agua” hasta a 65 km de distancia de la costa. Los daños que el fenómeno natural dejará a su paso se calculan hasta en 25,000 millones de dólares, de los cuales las aseguradoras estiman que tendrán que pagar hasta 15,000 millones.
A las 4 de la mañana, Laura fue degradado a la categoría 3, con su centro a 30 kilómetros de Lake Charles, Louisiana. Además de la posible pérdida de vidas, la tormenta amenaza el corazón de la industria petrolera en Estados Unidos, lo que ha forzado el cierre de pozos y refinerías.
El total de daños y pérdidas económicas potenciales alcanza 25,000 millones de dólares, de acuerdo con Chuck Watson, un experto en modelado de desastres de Enki Research, que habló con Bloomberg. La sola destrucción de las refinerías podría ascender a 5,000 millones de dólares, y la región todavía podría ser golpeada por más tormentas durante los próximos tres meses.
Elyse Greenspan, analista de Wells Fargo Securities, señaló que las pérdidas por destrucción a propiedades aseguradas rondarán entre los 8,000 y 15,000 millones de dólares. Una pérdida de 12,000 millones representaría una disminución promedio de 1.6% en el valor de las acciones de las aseguradores.
Meyer Shields, analista de KBW, estimó que las pérdidas permanecerán “manejables” debido a que la tormenta evitó las ciudades de Houston y Nueva Orleans, pero advirtió que el acumulado de pérdidas podría tener impacto en los precios futuros de los seguros de propiedades.
Laura es el séptimo sistema que golpea Estados Unidos en 2020, un récord para esta época del año. Sin embargo, se trata de el primer sistema que golpea la costa del golfo desde Michael en 2018.
El Servicio Nacional de Meteorología advirtió que la marejada provocada por Laura podría tener la altura de una casa de dos pisos, y que sería “imposible de sobrevivir”. También reconoció que se trata de una advertencia extrañamente pesimista.
Oficiales de los territorios golpeados por la tormenta han dicho que pasarán varias horas antes de que puedan comenzar con las búsquedas y misiones de rescate. Se espera que los árboles caídos que bloquean los caminos sean los obstáculos más inmediatos para los rescatistas.
Alrededor de 620,000 personas en Louisiana y Texas fueron advertidas que la evacuación era obligatoria, pero los oficiales admitieron que muchas personas podrían elegir quedarse en casa.
Las autoridades también advirtieron que los procesos de evacuación podrían aumentar los índices de contagio de COVID-19 en los territorios afectados.