El Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos presentó una demanda contra Visa, acusándola de monopolizar ilegalmente el mercado de tarjetas de débito, en el primer caso antimonopolio importante de la administración de Joe Biden en el sector financiero.
Según la denuncia presentada en el tribunal federal de Manhattan, la multinacional de servicios financieros controla más del 60% de los más de 4 billones de dólares en transacciones de débito que se realizan anualmente en Estados Unidos.
Los fiscales argumentan que Visa ha firmado acuerdos que penalizan a los comerciantes que intentan utilizar métodos alternativos de pago, además de pagar a posibles competidores para que se mantengan fuera del mercado. Estas acciones, según el Departamento de Justicia, han impedido una competencia justa y han reforzado el dominio de la compañía en el sector de pagos electrónicos.
La conducta ilegal de Visa afecta no solo el precio de una cosa, sino el precio de todo (…) está cobrando un peaje oculto en cada uno de los billones de transacciones
dijo el fiscal general, Merrick Garland.
La multinacional financiera es la red de pago más grande de Estados Unidos y recauda unos 7,000 millones de dólares (mdd) en comisiones anuales tanto en transacciones de débito como en las llamadas transacciones “sin tarjeta presente”, según la denuncia.
Visa impuso acuerdos para mantener su dominio en el mercado
De acuerdo con el DOJ, la multinacional financiera impuso una estructura de precios anticompetitiva que básicamente los obligaba a canalizar todas las transacciones de débito a través de su red o enfrentarse a duras sanciones.
Además, Visa celebró acuerdo con empresas tecnológicas como PayPal Holding, Apple y Block, que estaban desarrollando productos competidores, pagando cientos de millones de dólares para que se mantuvieran fuera del mercado. Tras los señalamientos del DOJ, las acciones de la multinacional cayeron un 5.4% este martes.
Por su parte, Julie Rottenberg, asesora general de Visa, declaró que “cualquiera que haya realizado una compra en línea o una tienda conoce el creciente universo de empresas que ofrecen nuevas formas de pago”.
Rottenberg añadió que la demanda presentada ignora la realidad de que la compañía financiera es sólo uno de los muchos competidores en un mercado de débito en expansión, donde nuevos participantes están prosperando.
Los antecedentes del dominio de la multinacional financiera
La denuncia del DOJ alega que las prácticas anticompetitivas de la multinacional financiera comenzaron en 2012, en respuesta a la Ley Dodd-Frank aprobada tras la crisis financiera. Esta ley requería que los emisores de tarjetas ofrecieran al menos dos redes de débito independiente para fomentar la competencia y proporcionar opciones a los comerciantes.
Además establecía límites a las tarifas cobradas a los minoristas por aceptar tarjetas de débito, aunque no regulaba las tarifas que podían cobrar por procesar transacciones. Ante la amenaza de una mayor competencia, la multinacional impuso acuerdos con condiciones restrictivas.
Según la demanda, Visa utilizó un sistema de “precios de acantilado”, aplicando comisiones significativas a menos que los comerciantes canalizaran la mayoría de sus transacciones a través de la compañía con sede en San Francisco, lo que excluía a redes de débito más pequeñas.
Asimismo, buscó frenar el desarrollo de nuevas tecnologías que pudieran eludir su red. En un acuerdo público con PayPal en 2016, ésta se comprometió a no alentar a los usuarios a vincular cuentas bancarias que no fueran de la compañía con sede en San Francisco, a cambio de la reducción de tarifas.
Con información de Bloomberg
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