La producción de iPhone en China a cargo de Foxconn, la más grande del mundo, fue afectada por un endurecimiento de medidas contra el COVID-19, por lo que la compañía se verá obligada a mudar una parte de la producción para tratar de reducir el impacto.
De acuerdo con una fuente cercana, la firma está apostando por aumentar la producción del producto insignia de Apple en otra fábrica de la ciudad de Shenzhen, a fin de reducir lo más posible una caída que se estima en alrededor de 30%.
El brote que se registró dentro de las instalaciones provocó que muchos de sus 200,000 empleados fueran aislados, sin embargo, dado que no se les han brindado los cuidados adecuados, algunos tomaron la decisión de retirarse durante el fin de semana.
Al respecto, Foxconn dijo que entre las medidas aplicadas para controlar la contingencia, está la de coordinar la producción de respaldo con otras plantas para reducir cualquier impacto potencial.
La empresa con sede en Taiwán es la mayor fabricante de iPhone de Apple y produce el 70% de los envíos del teléfono inteligente a nivel mundial, lo que a su vez representa el 45% de los ingresos de Foxconn, de acuerdo con los analistas de Fubon Research.
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China y su lucha contra el COVID-19
China cuenta con políticas sumamente restrictivas contra el COVID-19, por lo que las empresas y trabajadores se han visto obligados a tomar medidas que desde fuera podrían parecer extremas.
Las fábricas localizadas en las zonas afectadas pueden continuar su operaciones bajo la condición de implementar un sistema de “circuito cerrado”, es decir, el personal viva y trabaje en el mismo lugar.
Apenas el 19 de octubre, Foxconn prohibió a los empleados de la planta principal de Zhengzhou cenar en los comedores, orillándolos a consumir sus alimentos en los dormitorios.
Estas medidas extremas llevaron a varios trabajadores a realizar denuncias a través de redes sociales y a huir de las instalaciones.
En mayo, la planta de Shanghái de otro proveedor de Apple, el ensamblador de MacBook Quanta Computer, también se vio afectada por el caos entre los trabajadores tras el hallazgo de nuevos casos de COVID-19, a pesar de la implementación de un sistema de circuito cerrado.
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Con información de Bloomberg y Reuters
