La fabricación de camiones para su utilización en flotillas eléctricas comerciales se encuentra cada vez más cerca, y los defensores ambientales se han mostrado optimistas sobre los efectos que este cambio podría tener en las emisiones de carbono del sector de transporte, una de las áreas en las que ha sido más complicado conseguir reducciones significativas.
En Estados Unidos, la postura laxa del gobierno federal frente a la crisis climática ha provocado que algunos gobiernos estatales implementen sus propios pactos para fomentar el uso de vehículos cero emisiones, la mayoría de ellos de carácter no obligatorio.
California, por ejemplo, firmó un pacto en que las empresas se comprometen a comprar vehículos de carga 100% cero emisiones a partir de 2045. Es decir, a eliminar la demanda de combustibles fósiles en este sector. El gobierno estatal pretende realizar avances similares en el transporte público y privado, aunque este último se antoja mucho más complicado.
El transporte de carga es una buena “primera piedra” debido a que los vehículos eléctricos siguen teniendo altos costos iniciales, pero son más confiables y requieren menos mantenimiento, lo que los hace ideales para conformar flotillas.
El transporte representa el 33% de las emisiones estadounidenses. La consultoría Rhodium Group estimó que una política de esta naturaleza adoptada en todos los estados (ya sea de forma coordinada federal o con múltiples políticas estatales) podría reducir las emisiones de carbono producidas por autos ligeros en un 5% para 2045.
Las emisiones de vehículos de carga podrían reducirse hasta 18% para ese mismo año.
Las políticas implementadas en California y otros 15 estados ya disminuirán las emisiones en 2,300 millones de toneladas entre 2021 y 2045. Esto es equivalente a las emisiones anuales de Japón, Alemania y Reino Unido combinados.
El impacto representa una disminución de hasta 843 millones de barriles en la demanda para 2045. Si las políticas se implementaran en todo el país, la disminución sería de hasta 4,900 millones de barriles para el mismo año.
Los avances realizados en vehículos de transporte de pasajeros también tendrán un impacto importante, dado que la consultora calcula que los vehículos para este uso, tanto públicos como privados, representan cerca del 60% de las emisiones del sector transporte. Mientras tanto, los camiones de carga representan alrededor del 30% de las emisiones de transporte.
La cooperación con el gobierno podría beneficiar a las empresas que llevan la delantera en el desarrollo de alternativas eléctricas, como Volvo, Nikola, Tesla y Daimler en el sector de tráilers; Rivian, Workhorse y Chanje en el sector de última milla; y fabricantes chinos de autobuses como BYD y Yutong.
En su reporte, Rhodium destacó que los avances en políticas de emisiones en Estados Unidos han sido impulsados casi exclusivamente por gobiernos estatales en los últimos cuatro años.
Múltiples analistas, como el Instituto de Investigación sobre el Impacto Climático, han destacado el importante papel del gobierno en el combate a la crisis climática, por lo que la intervención de gobiernos estatales representa un impacto positivo, o al menos la detención de un retroceso, en Estados Unidos.