Eni, la compañía italiana con operaciones en México, ha prometido disminuir sus emisiones en un 80% como parte de un proceso que culminará con una disminución de su producción después de 2026, año en el que prevén su mayor volumen de crudo.

La declaración está en línea con la postura de otras compañías petroleras, que prevén una baja en la demanda de petróleo y han decidido diversificarse a otras fuentes de energía.

Arturo Carranza, analista del sector, explicó que el complicado panorama en la industria podría afectar el pronóstico de la empresa italiana.

“Hay que tomar en cuenta que el principal motivo que determina la materialización de las metas de las petroleras es el precio del petróleo. Si el precio estuviera alto sería mayor incentivo para hacer inversiones. Lo que pasa con los pronósticos es que la caída de precios puede ir aplazando este pico”, dice Carranza.

El anuncio de Eni se dio en un contexto de incertidumbre para el actual director, Claudio Descalzi, pues su puesto podría estar en proceso de evaluación por el gobierno italiano, dueño del 30% de la compañía.

Esto también es un reflejo de las presiones económicas que enfrenta el sector, sobre todo por parte de la banca de desarrollo y fondos privados, que han retirado paulatinamente su apoyo a tecnologías que agravan la crisis climática.

IHS Markit espera que 2030 sea el año que presente la mayor demanda de crudo a nivel mundial y que la producción total se adapte a la baja a partir de 2035. La reducción sería puramente consecuencia de la demanda y no de la saturación.

“Se va a quedar mucho hidrocarburo en el subsuelo”, señaló Adrián Calcaneo, líder para Latam Midstream y Líquidos de IHS Markit.

El experto también explicó que el descenso responderá a la transición energética y la mejora en eficiencia, pero resaltó que no será súbito y que la demanda durante algunos años posteriores a 2035 seguirá siendo incluso más alta que la que existe ahora.

El cambio de dirección de Eni, como el de otras compañías europeas, incluye proyectos de generación renovable a gran escala en distintas áreas geográficas, con la posibilidad de asociaciones y adquisiciones, aunque la compañía italiana reveló que el gas natural también jugará un papel importante en la nueva estrategia.

Las expectativas mundiales han llevado a empresas del tamaño de Reliance Industries a reconsiderar su involucramiento en la industria de la refinación, buscando las alternativas más factibles.

A finales de 2019, la empresa detectó en sus proyecciones a largo plazo esta caída de demanda, por lo que prevén desinvertir de los trenes de refinación de combustibles para pasar a petroquímicos en los próximos tres años, además de que ven la venta definitiva del complejo como una opción viable.

Esta tendencia mundial podría poner aún más en duda la viabilidad del proyecto de la refinería de Dos Bocas en Tabasco.

“Aunque no es prioridad, en realidad la refinería sí se necesita hoy, pero no sé si se necesite para cuando el proyecto esté terminado”, advirtió Calcaneo.