Por Armando Ajuria

La creatividad es parte fundamental del éxito dentro de las organizaciones. La creatividad es la que genera las ideas, nuevos nichos de mercado, el desarrollo de nuevos productos y servicios, entre muchas otras características, las cuales fomentan la innovación y como consecuencia final fortalecen la ventaja competitiva de las organizaciones.

“Una idea no es más que una combinación nueva de viejos elementos”. Esta es la piedra angular de la creatividad, expresada por Jack Foster en el libro “How to Get Ideas”.

La rutina genera el estancamiento y posiciona a las personas dentro de una zona de confort que limita la capacidad de la generación de nuevas ideas.

Las reuniones virtuales, estructuradas y los distractores en casa están limitando las interacciones espontáneas, aquellas conversaciones que en muchas ocasiones se dan en el pasillo de una oficina, un comentario perspicaz con colegas de trabajo, una idea que puede sonar absurda al principio en una junta de trabajo, pero que alguien más refuerza con un hilo de pensamiento…

Todos estos son momentos que la nueva realidad pos-COVID-19 nos está limitando en muchos de los casos, o por lo menos en mi caso. Mis grandes ideas salen de las conversaciones espontáneas, de todos estos casos que describo en líneas pasadas, así que estoy viendo muy limitada mi creatividad.

Esos factores, sumados a los distractores de esta nueva vida diaria, ser padre, profesor, pintor, albañil, amo de hogar, entre un sinfín de nuevas actividades que he tenido que desarrollar a lo largo de estos meses, han mermado claramente mi capacidad creativa y productiva.

No estoy diciendo que la creatividad se afectará en todos los casos, pero sí creo que una gran mayoría de las personas comparten características generadoras de ideas creativas como la mía y, sobre todo, la realidad que veo es que muchas organizaciones están optando por ya no regresar a las oficinas: están optando por establecer el home office como una nueva dinámica laboral, lo cual tiene grandes ventajas, entre ellas:

  • Ciertamente una reducción de costos en la renta de oficinas, lo cual en estos momentos para muchas empresas está siendo necesario.
  • Aumento en la productividad, la cual ha mostrado un incremento en la gran mayoría de los casos; lo que no sabría es si el alza se da por miedo a perder el trabajo, porque me ahorro horas de tráfico, porque pierdo la noción del tiempo, porque simplemente me aburro ya que no tengo actividades recreativas fuera del hogar o porque en realidad se aumenta la productividad.

Si en muchos de los casos, como es el mío, la creatividad está muriendo por esta limitada interacción, entonces ¿realmente conviene esta nueva modalidad de home office?, ¿conviene alguna modalidad mixta?, ¿será mejor que ciertas áreas creativas sigan teniendo esa interacción en oficina?

La respuesta no la tengo, simplemente es un punto de reflexión. Hay que considerar si vale la pena sacrificar el ahorro de costos en las oficinas por la generación de nuevas ideas, esas ideas que nos lleven a la innovación y a la transformación del negocio.

O será que, tal vez, la creatividad, como un ente natural en ciertas personas, saldrá a flote sin importar las circunstancias.

Respuesta única no hay, más bien circunstancias personales y organizacionales a las cuales cada uno deberá llegar.

*Armando Ajuria es managing partner de Joseph Gamache, la única firma de Executive Search y Head Hunting en el mercado que tiene un modelo científico de selección con el cual incrementan hasta en un 80% la probabilidad de éxito de una buena contratación vs. modelos tradicionales que solo dan un 38%.