Han pasado 35 años desde que el empresario Jerry Jones desembolsó 150 millones de dólares para adquirir a los Dallas Cowboys, equipo de la National Football League (NFL). En ese momento, la escuadra perdía alrededor de 1 millón de dólares al mes, pero hoy su realidad es totalmente diferente.
En 1989, el petrolero pidió prestado para comprar a un equipo que no lograba llenar los asientos y los palcos del Texas Stadium, por lo que tuvo que actuar rápido, tanto dentro como fuera del campo, para que el equipo fuera rentable.
Y lo logró. Hoy los Dallas Cowboys valen 11,000 millones de dólares (mdd) y es la escuadra más valiosa de la NFL. Según estimaciones oficiales reveladas por CNBC, el equipo de futbol americano vale 3,000 mdd más que cualquier otra escuadra de la liga.
El año pasado los Cowboys generaron 1,200 mdd en ingresos, 400 millones más que Los Angeles Rams, que ocuparon el segundo lugar en la liga. Además, los Cowboys son los más rentables de la NFL, al registrar un Ebitda de 550 mdd la temporada pasada, 300 millones más que los New England Patriots, el segundo equipo más rentable de la NF.
¿Cómo logró Jerry Jones levantar a los Dallas Cowboys?
Entre las primeras medidas que tomó Jones al comprar al equipo fue despedir al legendario entrenador Tom Landry y contrató a su ex compañero de equipo de la época de fútbol americano universitario de Arkansas, Jimmy Johnson.
También traspasó a su mejor jugador, Herschel Walker, en un acuerdo que permitió a los Cowboys conseguir cuatro jugadores y varias selecciones del draft que darían lugar a jugadores como Emmitt Smith y Darren Woodson.
Esto llevó a que en 1992, los Cowboys ganaran el Super Bowl, historia que se repitió en 1993 y luego en 1995, con Barry Switzer como entrenador.
Fuera del campo, Jones aprovechó que los patrocinios directos a los estadios no se dividían —como si ocurrían con los de la NFL, que se repartían equitativamente entre los equipos— y se convirtió en el primer propietario en conseguir sus propios acuerdos de patrocinio para el Texas Stadium.
Además se centró en marcas “secundarias” como American Express y Pepsi, rivales de los líderes Visa y Coca-Cola, y firmó acuerdos con Nike, que en ese momento no tenía contratos con la NFL.
A partir de ese momento, los acuerdos de patrocinio se convirtieron en una fuente de ingresos muy importante para los Cowboys. Este año, la franquicia podría alcanzar los 250 millones de dólares en ingresos por patrocinio, al menos 50 millones de dólares más que cualquier otro equipo.
En 2009, los Cowboys se mudaron a su nuevo estadio y en 2013, el edificio pasó a llamarse AT&T. Aunque la ciudad de Arlington es propietaria del inmueble, Jones tiene los derechos de explotación, lo que significa que recibe los ingresos de los eventos. El empresario también tiene derecho a comprar el estadio AT&T por solo 10 dólares en cualquier momento hasta que expire el contrato de arrendamiento de los Cowboys en 2039.
El trabajo implementado desde 1989 ha permitido que los Cowboys se mantengan en el liderato pese a no haber estado en un Super Bowl en 29 años. Sus periódicas participaciones en los playoffs son suficientes para mantener los asientos y las suites casi siempre llenos.
Con información de CNBC
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