Ricardo Salinas Pliego es uno de los empresarios más acaudalados de México y su fortuna, valuada por Forbes, equivale a los más de 12,000 millones de dólares.
Pero, ¿cómo logró amasar esa riqueza?
El empresario es parte de la familia Salinas Westrup, quienes desde inicios del siglo XX crearon un negocio de fabricación de camas de metal que usaban varillas de desperdicio de la fundidora de Monterrey.
Con el tiempo, Benjamín Salinas Westrup creó la tienda mejor conocida como Salinas y Rocha, nombre que surgió de combinar su apellido con el de su socio y cuñado, Joel Rocha.
Negocio familiar
Hugo Salinas Rocha, hijo de don Benjamín Salinas, se incorporó al negocio de la fabricación de muebles y en 1943, la empresa ingresó de lleno al sector del comercio departamental en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, de acuerdo con la revista Expansión.
Sin embargo, bajo el interés de generar su propio negocio, Salinas Rocha fundó Elektra en 1950 como una empresa dedicada a la fabricación de transmisores de radio que en 1957 comenzó a operar como una comercializadora con la apertura de su primera tienda.
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Para 1961 ocurrió una separación en la alianza de Salinas y Rocha, con lo que Hugo Salinas decidió dedicarse de lleno a Elektra y ese mismo año su hijo, Hugo Salinas Price, se incorporó a la empresa que para 1964 ya contaba con 16 tiendas.
Años más tarde, problemas de administración y la crisis financiera del 1995 pusieron en dificultades a Salinas y Rocha, con lo que Elektra terminó por adquirirla en 1999.
La llegada de Ricardo Salinas Pliego
A inicios de la década de los 80, Ricardo Salinas Pliego se incorporó a Elektra y asumió la dirección en 1987.
Bajo su gestión, el grupo se internacionalizó y debutó en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en 1993.
Salinas Pliego incrementó su riqueza generacional, ampliando los horizontes del grupo al sector financiero con la fundación de Banco Azteca en el 2000, con un modelo de negocios enfocado a la población con ingresos bajos y medios a los que otorga créditos con base en capacidades de pago semanal.
El magnate también encabezó a un grupo de inversionistas que en 1993 pagó el equivalente a 642.7 millones de dólares (al momento de la privatización) por los canales 7 y 13, entonces Imevisión, que después serían los canales de TV Azteca.
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El empresario mexicano ha dicho que la televisora es la que menos dividendos le deja, pero que es su compañía predilecta porque le permite entrar a la casa de las personas a través de sus canales de televisión.
En 2021, la empresa obtuvo ingresos por 12,876 millones de pesos, 25% más que el año previo, mientras sus utilidades ascendieron a 354 millones de pesos, revirtiendo la pérdida de 2,216 millones de 2020.
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