La falta de generación eléctrica suficiente en la península de Baja California ha llevado a la Comisión Federal de Electricidad a adquirir una barca con motores de generación a combustóleo, solución que ha sido criticada por expertos del sector debido a sus altos índices de contaminación y su poca dependabilidad.

La situación ha atraído atención a la falta de infraestructura en la Península, lo que también ocurre en Yucatán.

El problema de las penínsulas es que el consumo ha crecido a un ritmo más grande de lo proyectado, explicó Paul Sánchez, director de Ombudsman Energía México.

“El sexenio pasado se les ocurrieron dos estrategias para Baja: mandar un gasoducto para generar energía allá,(…) y conectar la península con un cable de alta tensión submarino. Ninguno de los dos se materializó y ya se sabía que se iba a llegar a una crisis como la del año pasado, el problema es que fue muy rápido.

La planta de generación de Aura Solar instalada en La Paz ayudó de forma temporal a satisfacer la demanda de la península, pero el huracán Odile y constantes procesos de mantenimiento han evitado que sea una fuente confiable de energía.

Ahora, la nueva planta flotante será instalada en Punta Prieta, 40 km al norte de Rosarito. Se prevé que su capacidad instalada sea capaz de proveer alrededor del 20% del consumo estatal, aunque la falta de infraestructura de transmisión podría impedir que esta sea una solución definitiva para los apagones y problemas de abasto eléctrico que aquejan a la región.

En julio del año pasado se canceló el proyecto de interconexión del sistema eléctrico de Baja California con el Sistema Interconectado Nacional (SIN). Durante el anuncio original de la obra se resaltó la capacidad que esta tendría de levantar la competitividad de la región, además de impulsar la generación de energías renovables en esta parte del país.

Los problemas de infraestructura eléctrica no son exclusivos de Baja California. Expertos en el sector han comentado durante años la necesidad de reforzar el SIN para tener mayor seguridad energética y evitar la sobrecarga del sistema. Estas condiciones son aún más evidentes en las regiones más apartadas, como la propia península de Baja y la Península de Yucatán.

La península de Yucatán, y la zona sur-sureste en general, tienen un problema tan añejo que la actual administración presentó el año pasado un plan de siete puntos para satisfacer la demanda de gas natural.

Las líneas de transmisión también son un pendiente, y según Roger González Lau, presidente de la Comisión de Energía del CCE, “se necesitan unos 4,000 millones de dólares anuales de inversión para mantener el suministro y las líneas adecuadas al crecimiento de la demanda del país”.

Arturo Carrillo, principal Market Intelligence de GreenMomentum, recordó que desde el Plan de Desarrollo de Infraestructura de la administración anterior ya se habían identificado las necesidades de fortalecer el mallado eléctrico del sur-sureste del país, principalmente la Península.

El problema en ambos territorios es apremiante, pues la demanda sigue subiendo sin las conexiones necesarias para transportar energía e insumos desde el interior del país, pero tampoco se están estableciendo los incentivos necesarios para establecer nuevas instalaciones de generación eléctrica al interior de las penínsulas, por lo que cualquier solución inmediata podría verse rebasada por el crecimiento en el consumo.

Yucatán y Quintana Roo ya avisan de este problema, con dos de los índices de crecimiento más grandes del país.