La demanda de gas para generación eléctrica en la Península de Yucatán no ha sido satisfecha en tiempos recientes, lo que ocasionó apagones del año pasado, sin embargo, una alianza entre ambas empresas productivas del Estado podría estar ayudando a surtir la demanda del hidrocarburo, al menos de forma temporal.
“El flujo del gasoducto marino se ha venido incrementando de forma natural. La interconexión de Monte Grande, que permite ingresar gas al Sistrangas ya está operando”, dice Rosanety Barrios, analista independiente del sector.
Esta interconexión es la que permitiría llevar a cabo un swap de gas natural entre CFE y Pemex, y así resolver el suministro de gas al sureste antes de que estén listas las otras obras. El intercambio consistiría en que CFE entregue gas importado a Pemex y la petrolera lo regrese en Mayakan.
Los datos de Cenagas, disponibles hasta el 31 de enero de 2020, revelan que el flujo de El Marino sí creció, pero también lo hizo el de Monte Grande, que recibió 170 millones de pies cúbicos diarios de gas (MMpcd). Esta entrada en operación podría ser la razón exclusiva del aumento de flujo en Tuxpan.
Aunque Barrios advirtió que esta teoría no es 100% comprobable, ya que el portal de Mayakan no está actualizado, por lo que no existe un dato público de flujo de gas, aunque algunas fuentes han reportado un aumento.
Un reporte publicado la semana pasada por SP Platts destacaba la posibilidad de que el aumento del gas transportado a través del gasoducto Sur de Texas-Tuxpan (El Marino) fuera el primer paso para comenzar los procesos de prueba de la segunda etapa de reconfiguración de la compresora de Cempoala, pero Barrios no cree que este sea el caso.
A pesar de que Cempoala no está listo aún, la experta resaltó que la obra sí tiene un papel importante en la distribución de gas al sureste del país, sobre todo dada la falta de estabilidad en la producción nacional. La estación de compresión de Cempoala fue diseñada originalmente para comprimir el gas de sur a norte, en la época en que México exportaba gas natural, por lo que la primer etapa de reconfiguración comprendió el cambio de dirección de compresión.
La segunda fase consiste en modificar los compresores para que Cempoala opere con seguridad sin importar la eventual disminución de flujos. Actualmente, la instalación sólo opera con flujos superiores a los 800 MMpcd. Para terminar la configuración necesaria para el sureste todavía hace falta la construcción de 16 km de interconexión entre el Sistrangas y Mayakan.
“Están viendo el proyecto en términos generales”, explicó Arturo Carranza, analista del sector, “hace poco estuvieron en Yucatán para anunciar la ampliación del gasoducto y una nueva terminal en la región junto con la nueva ampliación en Cancún. El proyecto de Cempoala es importante para conseguir estas metas”.
La península de Yucatán cuentan con siete instalaciones de generación eléctrica a base de gas, las cuales tienen una demanda conjunta de entre 250 y 300 MMpcd para operar al 100% de su capacidad. Actualmente, Mayakan recibe entre 50 y 80 MMpcd, pero los swaps podrían acercarlo a 200 MMpcd.
Este flujo de gas llevaría a la península flujo suficiente para satisfacer sus necesidades actuales, pero la construcción de una nueva planta y el eventual consumo energético de la refinería de Dos Bocas podrían poner en jaque la suficiencia energética en un futuro cercano.