El expresidente de la alianza Renault-Nissan, Carlos Ghosn realizó su primera aparición este lunes desde su arresto en noviembre del año pasado por presunta malversación financiera para comparecer ante un tribunal de Tokio, Japón.

Ghosn declaró ante las autoridades japonesas haber actuado con “honor, legalmente y con el conocimiento y la aprobación de los directivos de la compañía” en todo momento.

En una declaración escrita, el magnate del automóvil afirmó que fue “acusado falsamente y detenido de manera injusta”.

Detenido a mediados de noviembre en Tokio, Ghosn continúa arrestado porque plantea riesgo de fuga, consideró el juez del tribunal que citó al empresario brasileño para declarar su versión de los hechos.

El magistrado también mencionó la posibilidad de alteración de pruebas para justificar la detención prolongada del ex dirigente de Renault.

Ghosn acudió a la audiencia vestido con un traje oscuro, esposado y con una cuerda en torno a su cintura.

Riesgo de fuga

El juez Yuichi Tada justificó la prolongación de su detención por un riesgo de fuga.

“Hay suficientes elementos para considerar que el sospechoso podría incitar a personas implicadas a tapar infracciones”, alegó el magistrado Tada.

La comparecencia no tiene casi ninguna posibilidad de cambiar el curso del proceso pero tuvo una fuerte carga simbólica para Ghosn, pues le ofrecía la oportunidad de romper el silencio mediático en el que estaba desde hace semanas.

“Aunque solo sean diez minutos, para él es muy importante poder decir al mundo su verdad sobre él”, declaró el director del Observatorio Cetelem del automóvil, Flavien Neuvy.

¿Complot? 

El empresario franco-brasileño-libanés fue acusado el 10 de diciembre de haber omitido declarar a las autoridades bursátiles 5,000 millones de yenes (unos 44 millones de dólares) de ingresos entre 2010 y 2015.

Además, también es sospechoso de haber participado en una minoración similar de los honorarios, esta vez de 2015 a 2018, y de abuso de confianza. Es sospechoso de haber efectuado giros desde una cuenta de Nissan a beneficio de un empresario saudí.

Sus familiares mostraron su indignación. Dos de sus hijas, entrevistadas por The New York Times, se preguntaban si todo el proceso no se debería a una artimaña de Nissan para evitar un eventual proyecto de fusión con Renault.

La esposa de Greg Kelly, mano derecha de Ghosn, detenido el mismo día que él y liberado el 25 de diciembre bajo fianza, también denunció un “complot internacional, una traición de algunos dirigentes de Nissan”.

Un escenario que el constructor japonés rechazó, afirmando que no había tenido otra elección que “poner fin a las graves actuaciones” de quien un día salvó a la empresa.

Frente a la avalancha de acusaciones, Renault optó por mantenerse discreto y conservando su confianza en Carlos Ghosn, mientras que Nissan y Mitsubishi Motors lo destituyeron rápidamente de la presidencia del consejo de administración.