Los flujos de cartera a los mercados emergentes han experimentado una reversión muy marcada. Las salida de capitales extranjeros de emergentes alcanzó un récord de poco más de 100,000 millones de dólares desde el 21 de enero, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El informe sobre la estabilidad financiera del FMI, presentado este martes, muestra que la salida es la más alta en relación a su Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre de 2020.

Las salidas de Asia y de los mercados de renta variable fueron en un inicio particularmente fuertes, dada su sensibilidad a las perspectivas de crecimiento. Pero las salidas de los mercados de bonos también han sido significativas recientemente.

La amplitud de las salidas, en términos de la cantidad de los afectados, fue la mayor desde la crisis financiera mundial de 2008-2009.

La profundidad de las salidas fue significativa para muchos países, con Sudáfrica y Tailandia que tuvieron salidas de más de 1% del PIB en solo dos meses. Moody’s rebajó la calificación en moneda local de Sudáfrica a un grado de subinversión, lo que aumenta el espectro de nuevas salidas de los inversionistas.

Las salidas de inversionistas minoristas aumentaron, pero, según los informes, los institucionales también tuvieron que reducir posiciones debido a los reembolsos o los límites de riesgo dada la mayor volatilidad.

La reversión de los flujos de  la cartera de bonos fue de base amplia, pero relativamente peor para los fondos de bonos de divisas. Para mitigar el impacto de las salidas en las economías nacionales, las autoridades de los países han intensificado las intervenciones monetarias, prestando apoyo de liquidez al mercado de bonos y al sistema bancario, y han tratado de establecer líneas de intercambio con la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.

Es una salida de capital muy superior a la crisis financiera de 2008 y refleja la aversión al riesgo de los inversionistas, que buscan salirse de activos riesgosos buscando activos más seguros

dijo en conferencia, Tobias Adrian, consejero financiero y director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI.

Adrian indicó que, los mercados emergentes deben tomar medidas de política económica siguiendo cuatro dimensiones. Primero, las medidas sanitarias para contener el virus; segundo, la política fiscal focalizada, siempre y cuando haya espacio fiscal para ayudar a mitigar el impacto económico de la contingencia sanitaria.

“Tres, las políticas monetarias son clave en muchos emergentes, en donde hay presiones deflacionistas de modo que hay cabida para flexibilizar la monetaria, la mayoría de los mercados emergentes ya lo ha hecho. Y cuarto, las políticas financieras tienen que apoyar a los bancos y otras instituciones financieras usando los niveles de capital que han acumulado en los buenos momentos, y eso es congruente con las normas regulatorias y contables”.

El FMI lleva a cabo sus reuniones de primavera este año de manera virtual.