La Libor, que en su día fue considerada la cifra más importante del mundo, se vio desacreditada tras la crisis financiera de 2008, cuando las autoridades de Estados Unidos y el Reino Unido descubrieron que operadores financieros la habían manipulado para obtener beneficios.
Ahora, los bancos y los prestatarios se enfrentan a un enorme desafío para cumplir con la orden de los reguladores de dejar atrás la Libor, un parámetro incorporado en contratos financieros por hasta 340 billones de dólares en todo el mundo, cubriendo desde créditos hipotecarios hasta complejas operaciones de derivados.
El escándalo de la manipulación de la Libor se tradujo en miles de millones de dólares en multas impuestas a los principales bancos y sentencias de cárcel para los operadores condenados por alterarla con el fin de obtener ganancias.
Sonia va lenta
El 30 de junio, el banco británico NatWest envió un comunicado de prensa con una información inédita: el operador de autobuses National Express se había convertido en la primera empresa en obtener un préstamo basado en Sonia, un sustituto de la Libor, la tasa de interés de referencia asediada por escándalos.
Se trató del primero de los miles de cambios que las empresas británicas deberán efectuar antes de que termine el 2021, cuando está previsto que deje de utilizarse la Libor.
Cuatro meses después, al debut de Sonia por parte de NatWest solo le ha seguido otro préstamo, cuando el banco llegó a un acuerdo con la empresa de servicios públicos South West Water el 2 de octubre.
Reemplazar la Libor está resultando costoso y delicado por la preocupación de que, si se maneja mal, pueda desencadenar confusión en el mercado crediticio y oleadas de demandas, según fuentes de la industria financiera.
Al menos dos bancos británicos han transferido personal de los equipos que se preparan para el Brexit a los grupos de trabajo especializados en la Libor en el último trimestre, a medida que el asunto se vuelve más apremiante, dijeron fuentes de la industria.
“Parte del mercado está muy enterado y es consciente de este tema, y parte del mercado ni siquiera sabe que la Libor va a desaparecer”, dijo Phil Lloyd, jefe de estructura de mercado y relaciones regulatorias con clientes de NatWest Markets.
Lloyd dijo que a bancos como NatWest les está costando despejar las preocupaciones de algunos prestatarios corporativos, que temen que Sonia les hará más difícil saber cuánto deben en intereses, ya que se trata de una tasa de interés retroactiva.
Sonia, la media del índice a un día de la libra esterlina, se basa en la media de las tasas de interés que los bancos pagan por los préstamos en libras esterlinas fuera de las horas de mercado, y se publica diariamente a las 09:00 a.m. hora de Londres, después de que las transacciones hayan sido validadas por el Banco de Inglaterra.
Los prestatarios que toman créditos con Sonia no sabrán exactamente cuánto interés deben hasta que se les exija que paguen.
Por el contrario, los préstamos vinculados a la Libor pueden tener tasas de interés a futuro, lo que significa que los prestatarios tienen mayor certeza sobre sus pasivos futuros y pueden gestionar los flujos de caja con mayor facilidad.
Banqueros y consultores dijeron que el mercado estaba explorando la posibilidad de introducir una tasa de interés Sonia a futuro para mediados de 2020 con el fin de apaciguar a los prestatarios, pero no todos están a favor.
El índice Sonia a un día, basado en transacciones reales, se considera más robusto y menos vulnerable al tipo de manipulación que afectó a la Libor, que se basaba en los tipos remitidos por los bancos.
Algunos bancos y abogados temen que la creación de una tasa de interés a plazo de Sonia, que probablemente se basaría en estimaciones a futuro de los bancos en lugar de en transacciones pasadas, podría socavar la seguridad del indicador e incluso generar peligros legales para los bancos.
Opciones a la Libor
Algunos países están adoptando sus propios indicadores de referencia. Estados Unidos está a la cabeza con un floreciente comercio de derivados ligados a su nueva tasa Sofr, mientras que el Banco Central Europeo comenzó a publicar Estr, su nuevo índice de referencia de tasas de interés, a principios de este mes.
En Reino Unido, los inversionistas profesionales, como los fondos de inversión y los clientes de seguros de pensiones, ya están redactando y negociando contratos de derivados vinculados a Sonia. Pero las empresas que conforman el llamado mercado monetario de préstamos en libras con la Libor se están rezagando o no son ni siquiera conscientes de este cambio.
Murray Longton, un consultor de Capco que asesora a firmas financieras en la transición del Libor, dijo que los bancos temían ser demandados, ya que la proliferación de tasas de interés alternativas ofrecidas por diferentes prestamistas podría dar lugar a acusaciones de venta indebida.
“Si lo haces mal, esto es como el PPI para la banca de inversión: si no se ha comunicado correctamente y trasladas a un cliente (a Sonia) y te beneficias, podría haber un caso en el que se revise y le debas mucho al cliente”, explicó.
El escándalo de la venta fraudulenta del Seguro de Protección de Pagos (PPI) en el Reino Unido costó a los bancos más de 43,000 millones de libras esterlinas en concepto de compensación después de que se considerara retrospectivamente que los contratos se habían vendido incorrectamente.
Costos y consecuencias
La reticencia de los prestatarios corporativos a aceptar Sonia no es la única razón de la lentitud del progreso.
Los bancos se enfrentan a grandes costos para adaptar los sistemas y educar a miles de gestores de relaciones sobre los méritos de Sonia frente a la Libor.
Catorce de los principales bancos del mundo prevén gastar más de 1,200 millones de dólares en la transición de la Libor, según datos de Oliver Wyman, y los costos para la industria financiera en su conjunto serán varios múltiplos de esa suma.
Gran parte de este costo está relacionado con la ardua tarea de cambiar los términos de los contratos vinculados a la Libor, cuya duración se extiende más allá de la fecha límite de 2021. Los progresos se han visto frenados no sólo por los nerviosos prestatarios, sino también por los bancos de los sindicatos de crédito, que no siempre se ponen de acuerdo sobre el nuevo lenguaje necesario para adaptar los acuerdos de préstamo existentes a la nueva referencia.
“Se necesita un acuerdo unánime para cambiar el producto de referencia, así que, ¿cuáles son las posibilidades de que si hay entre 10 y 15 participantes (en un sindicato bancario) todos estén de acuerdo en lo mismo?”, dijo Longton.
Algunos prestatarios corporativos también están optando por esperar y ver si pueden beneficiarse financieramente de la lenta espiral de muerte de la Libor. Pero esto podría tener consecuencias costosas, dependiendo de las cláusulas de contingencia en los contratos de sus préstamos existentes.
Estas cláusulas – diseñadas originalmente para aplicarse en caso de que la Libor no estuviera disponible temporalmente – por lo general estipulan tasas alternativas, que implican llamar a otros bancos para solicitar una estimación o utilizar la última tasa Libor publicada. Pero las cláusulas de emergencia no fueron diseñadas para hacer frente al hecho de que la Libor dejara de existir indefinidamente.
Esto podría crear grandes riesgos para los prestatarios, por ejemplo, al convertir potencialmente un préstamo de “tipo variable”, vinculado a las fluctuaciones de la Libor, en uno de tipo fijo.
Serge Gwynne, socio del consultor Oliver Wyman, cree que los reguladores podrían hacer más para ayudar a los bancos a manejar el final de la Libor, comenzando con plazos mucho más estrictos en cuanto a la fecha en la que formalmente dejaría de existir.
“La Libor está arraigada en todas las cañerías del mundo financiero, por eso es un gran desafío”, dijo Longton.
“Estás cambiando un producto que ha sido utilizado para crear mercados durante mucho tiempo. No estás sacando una cosa y poniendo otra, sino cambiando toda la dinámica de cómo funciona”, afirmó.