Por Haris Anwar
Con la temporada de presentación de resultados del primer trimestre de 2020 casi acabada, está claro que, al seguir haciendo estragos la pandemia del COVID-19 en la economía global, los ejecutivos de algunas de las empresas más grandes de Estados Unidos son incapaces de predecir cómo se producirán las ganancias futuras.
Incluso cuando conocemos alguna orientación de algún ejecutivo audaz, indica un camino pedregoso hacia la recuperación, una que no será la recuperación en V en la que tantos inversores están aferrando sus esperanzas. Una investigación de la Reserva Federal de este mes, emprendida para comprender el impacto de las consecuencias inducidas por el virus en los resultados, concluía que las empresas muestran as cautela de cara al futuro ahora mismo que en el momento de la crisis financiera de 2008.
Alrededor del 42% de las empresas públicas no financieras estadounidenses están discutiendo la reducción de las inversiones, el 27% está hablando del volumen de los pagos de las acciones —y de su capacidad para ofrecerlos—, y el 17% se centra en reducir sus líneas de crédito, concluyen los economistas Andrew Y. Chen y Jie Yang. En el pico de la última recesión, las cifras fueron del 25%, el 11% y el 7%, respectivamente.
“El espectacular aumento de la proporción de las empresas que toman estas medidas indica que las preocupaciones de financiación en pleno brote de Covid-19 son aún más graves que en 2008”, escriben.
Los resultados del primer trimestre de las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos han indicado que hay demasiada incertidumbre en el sistema como para proporcionar una imagen clara sobre el crecimiento futuro y la rentabilidad.
Incertidumbre económica histórica
El gigante el comercio electrónico Amazon (NASDAQ:AMZN), a pesar de haber visto el mayor aumento del número de artículos vendidos en su red de los últimos ocho años, se enfrenta a aumentos de costes, ya que entrega mercancías en un entorno de confinamiento, mientras intenta mantener a sus miles de trabajadores a salvo del virus.
Durante la teleconferencia tras la presentación de su informe del 23 de abril, la compañía ha advertido de que podría perder 1,500 millones de dólares en el trimestre actual. “Si es usted accionista de Amazon, es posible que quiera sentarse”, dijo el director ejecutivo Jeff Bezos.
Ante la histórica incertidumbre económica y las mediocres previsiones de ventas de su iPhone, Apple (NASDAQ:NASDAQ:AAPL) no quiso hacer previsiones en cuanto a su trimestre actual. Es la primera vez que hace eso desde que comenzara a proporcionar orientaciones concretas sobre los ingresos a finales de 2003.
A pesar del sombrío panorama económico provocado por el virus, algunas empresas tecnológicas han ganado terreno, ya que el impulso de las compras online, la interacción en las redes sociales y los trabajadores en remoto que se han pasado a la nube han fortalecido su posición.
Microsoft (NASDAQ:NASDAQ:MSFT) reportó un gran trimestre gracias al crecimiento de la computación en la nube, algo que también está impulsando los ingresos tanto de Amazon como de Alphabet (NASDAQ:NASDAQ:GOOGL).
Reducción de gastos y recorte de dividendos
Para las empresas de la antigua economía, la cuestión era sobrevivir y preservar el efectivo. Desde gigantes industriales como Boeing (NYSE:NYSE:BA) y General Electric (NYSE:NYSE:GE) hasta aerolíneas y productores de petróleo, los ejecutivos estaban convencidos de que los clientes no podrán volver a los niveles de viaje y de socialización prepandemia en un futuro próximo.
En su teleconferencia de presentación de resultados, Boeing presentó un plan para sobrevivir a la peor recesión de la historia de la aviación. Eso incluirá la reducción de su plantilla en alrededor de un 10%, la ralentización de la producción, incluyendo la de su 787 Dreamliner, que experimentará el tercer recorte de producción trimestral consecutivo.
Abordando los peores temores de los inversores, el director ejecutivo Dave Calhoun subrayó que la compañía cuenta con un balance sólido y el acceso al capital para resistir la pandemia y la recesión global.
Las acciones de Boeing se han desplomado un 62% este año, la peor caída para cualquiera de las 30 acciones que cotizan en el Dow Jones de Industriales.
El conglomerado industrial General Electric anunció a finales de abril que suspendería su dividendo anual de 1.52 dólares, así como las recompras de acciones. Espera ahorrar más de 1,600 millones de dólares solo con la reducción del dividendo.
Los productores de energía, que se enfrentan a unos precios del petróleo catastróficamente bajos junto con una de las destrucciones de la demanda más severas de la historia reciente, están tratando de superar esta recesión recortando los presupuestos y, en algunos casos, los en su día sacrosantos dividendos.
Exxon Mobil (NYSE:NYSE:XOM) ha registrado su primera pérdida trimestral de las últimas tres décadas, ya que su rival Chevron (NYSE:NYSE:CVX) pintó un panorama triste de la industria petrolera, señalando que el impacto de la pandemia del coronavirus podría depender de sus negocios durante gran parte de 2020.
Exxon está recortando 10,000 millones de dólares de sus gastos de capital previstos en 2020, lo que representa un recorte presupuestario del 30%. “Nunca hemos visto nada como a lo que el mundo se enfrenta hoy en día”, dijo el director ejecutivo Darren Woods en un informe del Wall Street Journal.
“Conclusión: Va a ser un verano difícil con un mercado bastante caótico”.