Las posiciones netas no comerciales largas –o a favor de la apreciación– del peso mexicano aumentaron por tercera semana consecutiva al cierre del pasado 8 de octubre en el Mercado Mercado de Futuros de Chicagos (CME, por su sigla en inglés).

Hubo 29,200 contratos netos largos no comerciales –especulativos– entre el 2 y 8 de octubre, según datos de Investing.com. Esto implica un crecimiento de 11.03% respecto a los 26,300 reportados en el lapso anterior e hila tres periodos al alza luego de tocar el mínimo de 7,700 posturas en el último reporte de septiembre.

A pesar del repunte, las apuestas a favor del peso mexicano acumulan una caída de 79.1% respecto al máximo histórico experimentado en abril pasado, cuando hubo 139,700 contratos largos especulativos con valor de 500,000 pesos cada uno.

También se trata del primer periodo registrado después de que Claudia Sheinbaum tomara posesión como presidenta de México. En la primera semana de la mandataria, la moneda nacional se apreció 2.19%.

Inversionistas institucionales apuestan por peso mexicano

En el mismo lapso, la Comisión de Negociación de Futuros de Materias Primas (CFTC, por su sigla en inglés) reportó un incremento de 5,554 posiciones largas para el mexicano de los inversionistas institucionales.

Con el incremento, los gestores institucionales de activos acumularon 73,770 posturas largas en el CME, contra las 29,033 posturas cortas observadas en el periodo. Según la Comisión, hay 18 inversionistas apostando a favor de la moneda, en tanto que 15 mantienen posiciones en contra.

Los intermediarios financieros son quienes más se posicionan en Chicago previendo la depreciación del peso mexicano: suman 41,673 posturas cortas contra 5,346 largas.

Tipo de cambio sigue bajo presión

De acuerdo con analistas, el peso mexicano continuará bajo presión en los próximos meses por factores tanto internos como externos, que incluyen las elecciones de Estados Unidos el próximo 5 de noviembre, la incertidumbre política y una tendencia bajista en los mercados emergentes.

Es probable que el peso mexicano siga bajo presión, ya que la firmeza de la inflación estadounidense y la incertidumbre política interna condicionan el ánimo de los inversores

dijo el estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone, Quasar Elizundia.

Según el analista, la moneda experimenta presión adicional a nivel local por la inquietud que genera la aprobación de las reformas estructurales, por aspectos como la independencia del Poder Judicial y la intervención estatal en las empresas de energía “lo que suscita dudas sobre la capacidad de México para atraer el tan necesario capital extranjero y lograr la estabilidad económica”.

Un reporte de Monex identifica que el peso ha retomado la volatilidad histórica y podría confirmarse una tendencia de depreciación con el 70% de probabilidad. Por ello, situaron la previsión del tipo de cambio respecto al dólar entre 18.50 y 20.50 unidades al cierre del año “con mayor probabilidad de acercarse a 20.50 si las condiciones internas y externas se enrarecen”.

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