Pascal Soriot, el CEO de AstraZeneca, la farmacéutica que está desarrollando una de las vacunas contra el COVID-19, se define como un líder con un estilo de ‘intensidad informal’, dos palabras que para el directivo tienen una relación simbiótica.

He visto que ser informal es ser accesible, empático e incluyente; ayuda a fomentar un entorno en donde la gente se siente capaz de compartir sus puntos de vista y participar en debates que impulsan la innovación

Para el directivo, el liderazgo en un factor clave que ha sido central en el progreso de AstraZeneca, al ser crucial para respaldar a los 70,000 empleados que hacen que la farmacéutica ‘sea lo que es’, aseguró durante su participación en la edición 2020 de ‘México Siglo XII’.

En el foro organizado por la Fundación Telmex, Soriot destacó que los líderes proporcionan orientación, identifican prioridades y agilizan la toma de decisiones, pero, más importante aún, refuerzan todos los días un propósito compartido y validan los valores de liderazgo.

Pero, además, considera que deben tener otra cualidad: deben ser humildes y aceptar que, a veces se puede fracasar.

En opinión de Soriot, la aceptación de derrota debe ser un elemento contemplado en las industrias de toda índole, pero particularmente en las farmacéuticas, dada la complejidad de la ciencia ante la toma de riesgos informados que abren la posibilidad de cometer errores.

Sin embargo, el desempeño también es un elemento clave.

El líder de AstraZeneca considera que debe de haber intensidad en todas las acciones y un deseo de superación para lograr metas personales y profesionales, lo que está íntimamente ligado con los resultados, pero también, con el mejor control de los trabajadores, para fomentar una cultura de curiosidad y aprendizaje.

Esta intensidad es vital para cumplirle a los pacientes, a las partes interesadas y también para contribuir a la sociedad. En pocas palabras, debemos tomarnos nuestro trabajo muy en serio, pero no debemos tomarnos en serio