Es sabido que para profesionales y directivas en distintos ámbitos escalar al interior de las empresas es una misión difícil.

Un estudio que publicaron el año pasado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y el IPADE Business School reveló que a medida que aumenta el nivel jerárquico en las empresas, disminuye la participación de las mujeres.

Si bien existen variables externas y sistémicas que influyen en el acceso de las mujeres a puestos de liderazgo, también existen barreras psicológicas y creencias limitantes que frenan a las profesionales para perseguir un cargo más elevado.

Teresa Baró, escritora y experta en comunicación empresarial e institucional, ha trabajado por más de dos décadas con profesionales en diversas áreas, donde ha descubierto que algunos de estos rasgos son comunes.

 La poca confianza en sí mismas, sienten que tienen que estudiar más, ser más perfectas o más valiosas para asumir determinados retos o cargos directivos, creen que hay personas más merecedoras y ni siquiera se postulan para un puesto

comentó en entrevista.

Baró retomó los aprendizajes adquiridos a lo largo de su trayectoria en el libro “Imparables. Comunicación para mujeres que pisan fuerte”, donde proporciona una serie de estrategias, con ejercicios y pautas para poner en práctica.

Lecciones de liderazgo

En su libro, Baró destaca algunas estrategias que pueden aplicarse en busca de crecimiento profesional:

Trabaja en la comunicación. La habilidades de comunicación son fundamentales para las interacciones dentro y fuera de la empresa, lo que incluye situaciones más difíciles como dar instrucciones correctamente, feedback adecuado o discrepar.

Saber cuándo escuchar, qué palabras usar, cómo evitar reacciones defensivas y tratar de poner distancia emocional permite sortear los momentos complejos de mejor manera.

Gestiona el tiempo. Baró reconoce que para las mujeres el concepto del tiempo es diferente por las responsabilidades que suelen tener en los frentes profesional y personal, pero sugiere rastrear cada actividad, evaluar si el tiempo destinado debe ser mayor o menor.

Una vez que se han definido estos aspectos, recomienda evaluar qué actividades pueden delegarse o eliminarse de la agenda diaria.

Hazte visible. Aunque algunas personas no son afines con hacerse notar, Baró destacó la importancia de participar para ser considerada en nuevos roles o proyectos.

 Tenemos que dedicar una parte del tiempo a visibilizarnos, sea en las redes o dentro de la organización, hacer networking

 comentó.

Construye tu marca personal. De la mano con la visibilización, Baró sugirió trabajar en la creación de una marca personal y mientras más pronto mejor, para enriquecerla con la experiencia ganada a lo largo de los años. 

Mencionó que enriquecer la marca personal es incluso una herramienta ante la discriminación por edad (conocida como edadismo), ya que permite poner el foco sobre los conocimientos y aprendizajes de una persona, por encima de su edad.

Mejora tu confianza. Para combatir las creencias limitantes, enlista tus logros y pregúntate como puedes aprovecharlo, detecta los pensamientos que te frenan y propón afirmaciones para combatirlo.

Liderazgo auténtico

Aunque ya se ha dejado de lado la idea de para liderar deben emularse las actitudes masculinas tradicionales, a Baró no le gusta el término de liderazgo femenino.

“No me gusta porque estás otra vez discriminando o separando y no acaba de quedar claro cómo es, me gusta hablar de liderazgo constructivo, equitativo y que tiene rasgos de lo que han hecho siempre los hombres y de la comunicación propia de las mujeres”, apuntó.

La aspiración, comentó, es la construcción de un liderazgo auténtico en el que se den cabida tanto a las características que suelen asociarse con hombres como con mujeres.