El presidente de Estados Unidos, Donald Trump defendió el lunes sus duras políticas ante miles de granjeros que han sufrido por la guerra comercial con China, y decepcionó a quienes esperaban un plan para resolver el conflicto.

Los agricultores estadounidenses -que suman alrededor de 3.2 millones- han sido partidarios de Trump a pesar de tener dificultades financieras desde que Pekín impuso aranceles a las importaciones de soya en julio.

China compró alrededor de 12,000 millones de dólares de esta semilla a Estados Unidos en 2017, pero el año pasado la mayoría de las importaciones de la oleaginosa fueron desde Brasil debido a la disputa comercial.

“Con China, durante muchos años hemos perdido 375,000 millones de dólares. Trabajamos en eso. Ustedes ven lo que pasa, estamos haciéndolo muy bien”, sostuvo Trump en la convención sin dar detalles específicos de las negociaciones.

“Trabajamos por el cambio de todo eso con acuerdos de comercio justos que ponen a los granjeros, y de hecho, a Estados Unidos en primer lugar”, agregó.

Trump habló en medio de una paralización parcial del gobierno que lleva 24 días. El cierre ha retrasado las solicitudes de los agricultores para préstamos federales y un paquete de ayuda destinado a aliviar los problemas causados por la guerra comercial.

Trump no abordó los retrasos en los pagos de ayuda, pero elogió que los agricultores se hayan mantenido leales a él.

Las dos economías más grandes del mundo sostuvieron conversaciones en Pekín la semana pasada y el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin dijo a periodistas que el principal negociador comercial de China, el viceprimer ministro Liu He, probablemente visitará Washington a fines de este mes.