El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, obtuvo un segundo mandato en las elecciones legislativas de este lunes, sin embargo, tendrá que gobernar sin mayoría absoluta en el Parlamento.

Según proyecciones de cadenas televisivas unas horas después del cierre de las urnas, los liberales deberían obtener cerca de 160 de los 338 escaños en la Cámara de los Comunes, lejos de la cómoda mayoría absoluta (170) de la que gozaron en la anterior legislatura, mientras que los conservadores liderados por Andrew Scheer ocuparían 121 escaños.

Los independentistas del Bloque Quebequés (32) y del Nuevo Partido Demócrata (NDP, izquierda) se habrían quedado  con 25 escaños.

“Esta noche, los canadienses rechazaron la división. Los canadienses rechazaron los recortes y la austeridad y votaron a favor de un programa progresista y de una acción fuerte contra el cambio climático”, dijo Trudeau ante sus simpatizantes reunidos en el centro de Montreal.

Sin esperar los resultados finales, el presidente estadounidense, Donald Trump, saludó en un tuit la victoria “maravillosa y reñida” de Trudeau, con quien ha tenido una relación complicada.

No se ha publicado tasa de participación. Unos 4.7 millones de canadienses -de los 27.4 millones de electores convocados para estos comicios- votaron anticipadamente, de viernes a lunes la semana pasada, una cifra muy superior a la de 2015.

Imagen borrosa

Al salir debilitado en estas elecciones, el Partido Liberal tendrá que contar con el apoyo de partidos más pequeños, probablemente el NDP de Jagmeet Singh, una de las revelaciones de estas elecciones, para mantenerse en el poder.

Mayor que sus rivales, Trudeau ya no tiene la ventaja de la juventud ni la novedad que lo impulsaron al poder en 2015.

Trudeau logró así un anhelado segundo mandato, a pesar de los muchos escándalos que marcaron sus cuatro años en el cargo, como la publicación en plena campaña de fotos suyas con la cara pintada de negro.

Durante su gestión, Trudeau presumió una economía sólida, la legalización de la cannabis, impuesto al carbono, acogida de miles de refugiados sirios, acuerdos de libre comercio firmados con Europa y el acuerdo con Estados Unidos y México, el cual aún no ratifican Ottawa y Washington.

De su lado, Scheer prometió retomar el equilibrio presupuestario y reducir los impuestos con un objetivo simple: “devolver el dinero a los bolsillos de los canadienses”.

Pero el joven conservador, padre de cinco niños y de formación católica, tampoco escapó a la polémica debido a su hostilidad personal hacia el aborto, la revelación tardía de su doble nacionalidad canadiense y estadounidense, o sospechas de que ordenó una campaña para denigrar a un rival.