El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió este lunes el retiro de tropas estadounidenses de Afganistán, pese a la toma de control de los talibanes que desató pánico en Kabul, donde miles de personas abarrotaron el aeropuerto en un desesperado intento de huir.

Les dimos todas las oportunidades para determinar su propio futuro. No pudimos darles la voluntad de luchar por ese futuro

 , afirmó Biden tras advertir que no seguiría arriesgando la vida de soldados estadounidenses por otros 20 años.

Tras la entrada de los insurgentes en Kabul el domingo, miles de personas desesperadas acudieron este lunes al aeropuerto, la única salida del país, para intentar dejar la nación asiática.

Según videos en redes sociales, miles de personas esperaban en la pista, y grupos de jóvenes, sobre todo, se agarraban a las pasarelas o las escaleras, intentando subir a un avión.

Las tropas estadounidenses hicieron disparos al aire para controlar a la multitud, no convencida de las promesas de los talibanes de que nadie debía temerles, afirmó a la AFP un testigo, que dijo tener “mucho miedo”.

Tras el caos originado, los vuelos comerciales fueron cancelados y las compañías internacionales han suspendido el sobrevuelo del país, a petición de Afganistán y debido al tráfico militar estadounidense.

Las calles de Kabul eran patrulladas en gran parte por talibanes armados, en particular en la “zona verde”, antes ultrafortificada, que alberga embajadas y organizaciones internacionales. 

“Servir a nuestra nación”

Tras haber huido del país, Ghani reconoció el domingo que los talibanes habían ganado.

En un video en redes sociales, el cofundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, anunció la victoria del movimiento. “Ahora tenemos que mostrar que podemos servir a nuestra nación y garantizar la seguridad y el bienestar”, dijo.

La debacle es total para las fuerzas de seguridad afganas, financiadas durante 20 años con cientos de miles de millones de dólares de Estados Unidos.

El movimiento islamista radical inició una ofensiva en mayo tras el inicio de la retirada de las tropas extranjeras, en particular estadounidenses.

En 10 días tomaron el control del país, veinte años después de haber sido expulsados por una coalición encabezada por Estados Unidos debido a su negativa a entregar al líder de Al Qaida, Osama bin Laden, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. 

Comunidad internacional reacciona

China fue el primer país que dijo el lunes querer mantener “relaciones amistosas” con los talibanes. Rusia afirmó que su decisión de reconocer el nuevo poder dependería de “sus acciones”, y anunció que su embajador se reunirá el martes con los insurgentes.

Por el contrario, el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, consideró que “no era el momento” de reconocer al régimen talibán. También calificó su retorno al poder de “fracaso de la comunidad internacional”.

Muchos otros diplomáticos y extranjeros fueron evacuados apresuradamente de Kabul el domingo y otros, como Francia, comenzarán la operación este lunes. Alemania quiere desplegar soldados para facilitar las evacuaciones.

El Consejo de Seguridad de la ONU dijo el lunes que la comunidad internacional debe garantizar que Afganistán no se convierta en caldo de cultivo para el terrorismo bajo el gobierno talibán, tras una reunión de emergencia en Nueva York.

Los 15 miembros del consejo emitieron una declaración conjunta después de que el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijera en la reunión que el mundo debe unirse para combatir la “amenaza terrorista global en Afganistán”.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, dijo este lunes que la “derrota” de Estados Unidos debe transformarse en “oportunidad para la paz” en Afganistán.

Cuando gobernaron Afganistán, entre 1996 y 2001, los talibanes impusieron su versión ultrarigorista de la ley islámica.

En las últimas semanas, prometieron que si volvían al poder, respetarían los derechos humanos, en particular los de las mujeres, conforme a los “valores islámicos”.