El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, puso este lunes nuevamente sobre la mesa la posibilidad de una separación desordenada.

Johnson amenazó con abandonar las estancadas negociaciones postbrexit con la Unión Europea (UE) a mediados de octubre y, según el Financial Times, se prepara para anular disposiciones claves del firmado y ratificado Tratado de Retirada, principalmente en lo relativo a los controles aduaneros en la provincia británica de Irlanda del Norte.

Tras la postura de Reino Unido, la libra pierde 0.30% frente al dólar y cotiza en 1.3150 unidades, según Bloomberg.

La reacción de Bruselas no se hizo esperar. El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, advirtió en entrevista radiofónica que los compromisos firmados “deben respetarse” y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, subrayó en Twitter que Londres está “obligado por la ley internacional” a aplicar dicho tratado. 

 

Tras años de negociaciones con Bruselas y caóticos enfrentamientos en el Parlamento británico, el Reino Unido salió finalmente de la UE el 31 de enero cuando, gracias a la aplastante mayoría parlamentaria obtenida en diciembre de 2019, Johnson logró la aprobación de un acuerdo que establecía las condiciones del divorcio. 

Pero nada cambió en la práctica para los británicos, que se encuentran hasta finales de este año en un periodo de transición destinado a negociar su futura relación comercial con sus vecinos más cercanos y principales socios comerciales. 

Iniciadas en marzo y ralentizadas por la pandemia del COVID-19, esas conversaciones llevan meses estancadas en dos grandes cuestiones.

En primera instancia, los europeos quieren conservar su derecho a pescar en las ricas aguas británicas y, segundo, controlar las subvenciones públicas de Londres a las empresas locales para evitar lo que según Reino Unido sería una competencia desleal.

Johnson se niega a ambas cosas, denunciándolas como condiciones injustas que la UE no impone a ninguno de sus otros socios comerciales, y para dejarlo claro amenazó con abandonar la mesa de negociación. 

La UE ha sido muy clara con respecto al calendario. Yo también. Debemos llegar a un acuerdo con nuestros amigos europeos de aquí al Consejo de Europa del 15 de octubre para que entre en vigor antes de final de año,

lanzó el primer ministro británico, citado en un comunicado difundido por Downing Street a última hora del domingo.

“No tiene sentido pensar en plazos que irían más allá. Si no logramos ponernos de acuerdo para entonces, no veo un acuerdo de libre comercio entre nosotros”. 

Johnson dirá que todavía se puede llegar a un tratado en base a un acuerdo de libre comercio estándar si la UE está lista para repensar su posición actual. “Pero no podemos y no vamos a comprometer los fundamentos de lo que significa ser un país independiente para conseguirlo”, según el comunicado que forma parte de un discurso que emitirá este lunes.

Nuevas conversaciones  

El martes da comienzo en Londres la octava ronda de contactos entre el jefe negociador de la UE Michel Barnier y su homólogo británico David Frost. Y el tema se vuelve más tenso dado que el tiempo apremia: para entrar en vigor el 1 de enero de 2021, el acuerdo debe cerrarse en octubre para que los respectivos parlamentos tengan tiempo de ratificar.

No ha habido absolutamente ningún movimiento del lado británico en las conversaciones todavía. Si este enfoque no cambia rápidamente, estaremos en el camino de un fracaso en la negociación con todas sus consecuencias económicas negativas,

dijo un diplomático europeo a la AFP en Bruselas.

Si no llegan a un acuerdo, ambas partes comenzarían a aplicar tarifas en sus relaciones comerciales, lo que se sumaría a las afectaciones por la crisis provocada por el COVID-19.