Una nueva ola de políticos ha llegado a Washington: más jóvenes y acostumbrados a hacer uso de lo que las redes sociales les ofrecen, incluyendo las historias efímeras que desaparecen de sus perfiles en cuestión de horas.
Aunque muchas veces los contenidos son inocentes -esta semana Beto O’Rourke transmitió en Instagram su visita al dentista-, los defensores del gobierno abierto están preocupados por la información que desaparece sin dejar rastro.
“Hay un interés público en la preservación de estas historias”, señaló la activista de transparencia del gobierno Alex Howard al Washington Post.
La recién llegada al Capitolio Alexandria Ocasio-Cortez es otra usuaria frecuente de las historias de Instagram, mediante las cuáles muestra a sus seguidores momentos de su vida diaria, por ejemplo cómo hace macarrones con queso, pero también lanza respuestas a los medios de comunicación.
Y rumbo a la elección de 2020 en EU, estas historias efímeras ya hicieron acto de presencia: la senadora Elizabeth Warren abrió una cerveza en una de sus historias la semana pasada tras anunciar su candidatura presidencial.
Pero todas estas historias dejan de existir a las 24 horas de haber sucedido y el público en general no debería de tener que confiarse de los periodistas o de capturas de pantalla para poder enterarse de lo que estos personajes públicos hicieron o dijeron, opina Howard.
Esta pérdida de información contrasta con las estrictas reglas de mantenimiento de registros, reguladas por agencias federales y la Casa Blanca, que los miembros del Congreso deben cumplir.
Por ello, Howard propone cambiar las reglas de almacenamiento incluyendo las de los posts efímeros de redes sociales en las cuentas personales de los legisladores, ya que, a pesar de que los datos creados por los comités del Congreso y los funcionarios se consideran registros oficiales y se archivan, los miembros individuales pueden decidir qué hacer con sus informaciones emitidas de manera personal, determinando qué quieren preservar y qué no.
El poder ejecutivo maneja las redes sociales de manera diferente. La ley de registros presidenciales dispone que todos los registros presidenciales oficiales pertenecen al público, incluyendo las nuevas tecnologías, por lo que cuando la Casa Blanca abrió Snapchat aún bajo el mandato de Obama, un funcionario afirmó a Buzzfeed que guardarían los snaps para el archivo.
De acuerdo con el Washington Post, los defensores de la transparencia esperan que, en el corto plazo, las compañías de tecnología creen archivos de fotos y videos que los políticos verificados publican en sus cuentas de manera que los periodistas e investigadores puedan acceder a estas informaciones, incluso si los políticos mismos no los están preservando.
Howard destacó que el uso de Instagram Stories por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, muestra cómo la tendencia por lo efímero se ha extendido más allá de los políticos de Estados Unidos.
“Es una de las idiosincrasias de este momento en que estamos en donde las empresas privadas albergan plazas públicas”, dijo Howard.