Antonio Guterres, secretario general de la ONU, pidió el miércoles la inmediata inyección de 15,000 millones de dólares para un fondo mundial que permita comprar y distribuir vacunas contra el COVID-19.
La iniciativa ACT-acelerator, que lidera la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya recibió 3,000 millones del total de 38,000 millones de dólares necesarios para producir y entregar 2,000 millones dosis de vacunas, 245 millones de tratamientos y 500 millones de diagnósticos en el año próximo.
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Entre los recursos a la vista se cuentan 117 millones de dólares (100 millones de euros) de Alemania, que se suman a los 675 millones de euros que ya había prometido.
Gran Bretaña, que comprometió 250 millones de libras (320 millones de dólares), se propone además, otorgar una libra por cada cuatro dólares aportados por otros países hasta llegar a los 250 millones de libras, dijo el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab.
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El primer ministro sueco Stefan Lovfen dijo que aportará 10 millones de dólares y su par de Canadá Justin Trudeau anunció 440 millones de dólares.
Esos recursos son ahora cruciales para evitar perder la ventana de oportunidad de hacer compras anticipadas y producción, formar stocks en paralelo a las licencias, estimular la investigación y ayudar a los países a optimizar las nuevas vacunas cuando lleguen
dijo Guterres en una reunión cumbre virtual.
“Pese a los extraordinarios esfuerzos para contener su propagación, la pandemia de COVID-19 sigue devastando al mundo y esta semana llegó al millón de vidas perdidas”, comentó Guterres.
“Por el propio interés nacional y económico de cada país, es necesario trabajar juntos para expandir masivamente el acceso a pruebas y tratamientos y apoyar a la vacuna como un bien público mundial”, dijo Guterres.
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Bill Gates y sus acuerdos
Dirigiéndose a la cumbre, Bill Gates anunció que su fundación firmó un nuevo acuerdo con 16 empresas biotecnológicas para extender el acceso mundial a las vacunas, diagnósticos y terapias.
Gates dijo que el mundo está a un paso de una gran conquista científica.
No obstante, apuntó que los países de ingresos bajos o medianamente bajos, que equivalen a la mitad de la población mundial, sólo pueden vacunar contra COVID-19 a 14% de su población.
Alex Gorsky, CEO de Johnson & Johnson que integra la Fundación Gates, dijo en la cumbre que para mediados de 2021 su grupo empresarial planea despachar 500 millones de dosis de vacuna los países de menores ingresos.
Banco Mundial levanta la mano
El 29 de septiembre, el presidente del Banco Mundial dijo que busca la aprobación de la junta para un plan de financiamiento de vacunas contra el coronavirus de 12,000 millones de dólares para ayudar a los países pobres y en desarrollo a asegurar una cantidad suficiente de dosis cuando estén disponibles en los próximos meses.
En una entrevista exclusiva con Reuters, David Malpass sostuvo que la iniciativa, que forma parte de los 160,000 millones de dólares en financiación para el COVID-19 prometidos por el prestamista multilateral, tiene como objetivo ayudar a los países a adquirir y distribuir vacunas, así como expandir la producción mundial.
Agregó que espera que la junta de la entidad considere el plan a principios de octubre.
La competencia mundial por las primeras dosis de la vacuna contra el coronavirus ya es feroz, meses antes de cualquier aprobación, a medida que los países ricos se mueven para asegurarse suministros.
El Gobierno de Estados Unidos ha prometido más de 3,000 millones de dólares para comprar cientos de millones de dosis de vacunas en desarrollo por la británica AstraZeneca y por el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech SE.
Equilibrar balanza
Malpass dijo que el plan del Banco Mundial busca poner a los países pobres y de ingresos medios, donde el virus se propaga más rápidamente, en pie de igualdad con las naciones más ricas, para que tengan el financiamiento para asegurar el suministro y un sistema de distribución que haga que las farmacéuticas hagan frente a su demanda.
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Malpass afirmó que el Banco Mundial solicita a los países ricos que han reservado en exceso más dosis de las que necesitarán que entreguen ese sobrante a las naciones más pobres.
Con información de Reuters y AFP