Nueva York quiere ponerle un alto al congestionamiento vehicular. El estado aprobó este lunes un peaje para viajar al corazón de Manhattan, medida con la que prevé aliviar a la ciudad y renovar el Metro.
El impuesto contra la congestión vial sigue el modelo de los peajes establecidos en Londres, Estocolmo y Singapur y entrará en vigor antes del 31 de diciembre de 2020, de acuerdo con la norma.
Con la medida se planea gravar casi todo el tráfico que fluye a través del centro de la isla de Manhattan, al sur de la calle 60.
Un panel de expertos tendrá que decidir los montos de los peajes: al menos 12 dólares por día para los automóviles y 25 dólares por camión, según estimaciones.
La medida, impulsada por el gobernador demócrata Andrew Cuomo reelegido en noviembre, ha sido aclamada por ambientalistas, pero denunciada como “injusta” en barrios vecinos de Manhattan, como Queens o en el estado de Nueva Jersey, que limita con el área metropolitana neoyorquina.
¿Qué tan bien funcionan estas medidas?
En Londres, el tráfico en la zona congestionada bajó 15% en el primer año de la implementación, y durante tres años las partículas de aire cayeron 24% y el óxido nítrico, un gas que contribuye al efecto invernadero, fue 17% más bajo, según Transport for London, la agencia que supervisa el transporte en el área metropolitana.
Sin embargo, no ha sido un éxito total. Mientras que el volumen de automóviles en la zona de carga bajó entre 2012 y 2015, Londres seguía siendo la ciudad europea más congestionada entre 2014 y 2015, según Inrix, firma especializada en análisis de transporte.
Los ingresos decepcionaron a los funcionarios en Londres cuando el tráfico reducido dio como resultado una baja en la recaudación, según datos de la Comisión de Presupuestos de los Ciudadanos publicados el 19 de marzo.
Con información de Reuters