La Cámara de Representantes de Estados Unidos obtuvo la mayoría de votos necesarios para acusar a Donald Trump a raíz del asalto al Capitolio por parte de sus seguidores el pasado 6 de enero.

Hasta el momento 10 republicanos votaron a favor de emprender un segundo juicio político en contra de Donald Trump, siendo la primera ocasión en la historia que sucede algo así.

Los republicanos que votaron en contra de Trump: Liz Cheney (WY), Anthony Gonzalez (OH), Jamie Herrera Beutler (WA), John Katko (NY,) Adam Kinzinger (IL), Peter Meijer (MI), Dan Newhouse (WA), Tom Rice (SC), Fred Upton (MI), David Valadao (CA).

En total, la votación registró 231 votos a favor, 197 en contra y cinco abstenciones.

El cargo por el cual buscan acusar a Trump en este segundo juicio político es incitación a la insurrección.

Horas antes, el presidente saliente de Estados Unidos llamó el miércoles a la calma y dijo que se opone a cualquier violencia.

“Ante las informaciones sobre más manifestaciones, insto a que NO haya violencia, NO se cometan delitos y NO haya vandalismo de ningún tipo. Eso no es lo que yo defiendo, ni tampoco lo que Estados Unidos defiende”, aseguró Trump en un comunicado emitido por la Casa Blanca.

“Pido a TODOS los estadounidenses que ayuden a aflojar las tensiones y calmar los ánimos. Gracias”, añadió

Tras el altercado de la semana pasada, el Departamento de la Justicia ha procesado a 15 personas como responsables de la irrupción al Congreso de Estados Unidos, donde se preveía la certificación de la victoria electoral de Joe Biden.

La acusación del presidente Donald Trump en el Congreso de Estados Unidos confirmó que “nadie está por encima de la ley”, dijo el miércoles la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

“Hoy de manera bipartidista la Cámara demostró que nadie está por encima de la ley, ni siquiera el presidente de Estados Unidos”, dijo la máxima demócrata en el Congreso en una ceremonia en la que firmó el artículo de acusación.

Un segundo juicio político a Donald Trump

La Constitución de Estados Unidos establece que el Congreso puede destituir al presidente (o vicepresidente, o jueces federales…) por “traición, corrupción u otros delitos y faltas graves”.

El procedimiento se desarrolla en dos etapas:

Primero, la Cámara de Representantes vota, por mayoría simple (218 votos en 435), los artículos de acusación que detallan los cargos contra el presidente: esto se llama “impeachment” en inglés.

La resolución bajo consideración el miércoles prevé un solo cargo: “incitación a la insurrección”, y está motivada por el encendido discurso de Trump antes del asalto de sus partidarios al Capitolio el 6 de enero.

Si el presidente es formalmente acusado en la Cámara Baja, le corresponde al Senado organizar el juicio político.

Al final de los debates, los 100 senadores votan sobre la acusación. Se necesita una mayoría de dos tercios para aprobar una condena, en cuyo caso la destitución es automática y sin apelación. Si no se llega a los votos necesarios, el mandatario es absuelto.

Los senadores pueden votar después, con una mayoría simple, otras penas, como la prohibición de presentarse a un nuevo mandato.

Los antecedentes

Hubo tres procesos de juicio político en la historia de Estados Unidos, y todos acabaron con una absolución.

El presidente demócrata Andrew Johnson fue acusado en 1868 después de que uno de los miembros de su gabinete fuera despedido.

En 1998, el demócrata Bill Clinton fue procesado por “perjurio” por haber mentido sobre su romance con la pasante de la Casa Blanca Monica Lewinsky.

En diciembre de 2019, el republicano Trump ya fue acusado en la Cámara de Representantes por “abuso de poder” y “obstruir el buen funcionamiento del Congreso”.