China, Estados Unidos y las tensiones de este último con Irán serán los protagonistas de la reunión del G20, a celebrarse el 28 y 29 de junio en Osaka, Japón.

En conjunto, entre los jefes de Estado y de gobierno que asistirán representan alrededor del 85% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.

No obstante, el plato fuerte de la reunión será el sábado, cuando se reúnan el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping, similar a lo ocurrido en la cumbre del G20 del año pasado en Buenos Aires, Argentina.


La reunión entre ambos mandatarios surge en un momento en el que Washington acumula aranceles a las importaciones chinas y amenaza con gravarlas íntegramente dentro de poco.

A la tensión comercial se suma el factor Huawei, compañía que fue vetada en Estados Unidos por “motivos de seguridad”, sin embargo, firmas estadounidenses siguen proveyendo a la firma asiática al encontrar espacios legales.

Está por ver si Pekín está dispuesto a hacer algún gesto, especialmente en lo que respecta a la tecnología, y si Trump abandonará la retórica de su discurso económico, en un momento en que lanza la campaña por su reelección en 2020.

China-EU, tres resultados posibles

De la reunión entre Trump y Xi Jinping existen tres resultados posibles, según un análisis del vicepresidente senior del Center for Strategic and International Studies de Washington, Matthew Goodman.

El primero sería la firma de un acuerdo, algo improbable pero no imposible, pues a Trump le “gustan los acuerdos” y mejor si están mediatizados.

La segunda posibilidad sería un “fiasco”, que podría llegar al punto de que se anule el encuentro.

Mientras que en el tercero, “el más probable”, sería una “tregua” como la que acordaron en el G20 de Buenos Aires y que finalmente no duró mucho.

Factor Irán

Irán es escenario de una de las crisis internacionales de mayor tensión del momento, mientras que China es uno de los principales importadores de petróleo iraní y está aliada con Teherán frente a Estados Unidos.

El lunes, Washington anunció sanciones económicas contra las autoridades del régimen iraní, incluido el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei.

“Seguiremos aumentando la presión sobre Teherán”, afirmó Trump, una estrategia del gusto de Arabia Saudita, el gran rival regional de Irán y miembro también del G20.

Esto, en cambio, disgusta a Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, tendrá la oportunidad de hablar de ello con Trump en Osaka, en una reunión bilateral prevista entre los dos mandatarios.