El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) consideró fundamental que Canadá, México y Estados Unidos se responsabilicen de la plena implementación del T-MEC, para aprovechar los beneficios del acuerdo comercial tripartita como un marco económico para avanzar en la prosperidad compartida y la generación de empleos.
Esto puede lograrse mediante mayor diálogo entre los gobiernos, además de llevar a cabo acciones conjuntas de cumplimiento, indicó el máximo órgano de representación del sector privado en un comunicado previo a la novena Cumbre de América del Norte en Washington, Estados Unidos.
De acuerdo con un comunicado del CCE, la comunidad empresarial de América del Norte confía en que en el encuentro de jefes de Estado, se asegure que los tres países tengan avances tangibles para alcanzar la visión compartida de hacer de Norteamérica la región más dinámica y competitiva del mundo.
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El Consejo considera que tanto el comercio como la inversión entre los tres países han contribuido de manera significativa al crecimiento económico y la prosperidad, estimando que generan al menos 20 millones de empleos en Norteamérica.
“Gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), hoy nuestras tres naciones pueden presumir una plataforma unificada de cadena de suministro desde la cual comerciamos y competimos globalmente”, menciona el CCE en el comunicado.
Sin embargo, el CCE considera que todavía queda mucho trabajo por hacer para asegurar que la economía continental sea lo más resiliente e incluyente posible.
“Consideramos que los gobiernos de nuestros tres países deben priorizar la coordinación y acciones en tres áreas específicas para explotar nuestro potencial económico como región”, aseguró.
Certidumbre en inversiones
El CCE destacó que para incrementar su competitividad, las tres naciones deben garantizar ambientes de inversión abiertos y transparentes.
“Un ambiente de inversión en deterioro en cualquiera de los tres países daña la economía, la seguridad y el potencial de crecimiento de Norteamérica en su conjunto, y minan la capacidad del TMEC como instrumento de certidumbre legal”, aseguró el CCE.
Los retos relacionados con el comercio mundial y la pandemia han traído consigo una oportunidad sin precedentes para fortalecer las cadenas de suministro en América del Norte.
“Como inversionistas, es nuestra responsabilidad recordar a los gobiernos que ese potencial no se materializaría en países que no aseguren certidumbre para los negocios y apego a las buenas prácticas globales de gobernanza en áreas como la regulación, los permisos, la recaudación y las compras gubernamentales”, dijo.
Los sectores privados de Estados Unidos y de Canadá están muy preocupados por los esfuerzos del gobierno mexicano por reducir la competencia privada en el sector energético. Los intentos por favorecer empresas del Estado en detrimento de proveedores de energías renovables minan la certidumbre de inversiones y auguran mayores costos, así como menores oportunidades para los trabajadores de dichos países.
Otro punto que puntualiza el CCE respecto al diálogo trilateral, es que los tres gobiernos capitalicen las lecciones aprendidas de la pandemia por COVID-19 y se preparen para el futuro, además de mejorar la coordinación en la respuesta a emergencias y alineando la definición de industrias y servicios esenciales en los tres países.
También debe haber mayor cooperación en el manejo de la frontera para asegurar el flujo de tráfico comercial y de carga.
“La alineación en estas políticas, combinada con comunicación constante y transparente con el sector privado, son indispensables para el funcionamiento efectivo de las cadenas de valor transfronterizas y para asegurar la provisión ininterrumpida de las industrias y servicios esenciales”, comentó.