Elecciones de Estados Unidos 2024: Así opera el Colegio Electoral para definir la presidencia
Elecciones de Estados Unidos 2024: Así opera el Colegio Electoral para definir la presidencia

Elecciones de Estados Unidos 2024: Así opera el Colegio Electoral para definir la presidencia

Después de un empate en las encuestas, finalmente se definirá si Donald Trump regresará a la Casa Blanca o si Kamala Harris romperá paradigmas como la primera mujer en ocupar la presidencia. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha publicado un estudio de las elecciones de Estados Unidos 2024  y el complejo sistema, cuya singularidad podría ser determinante en el desenlace de la contienda. 

A diferencia de México, donde el presidente se elige mediante una votación directa, el proceso en Estados Unidos depende del Colegio Electoral, un mecanismo que, si bien es criticado por algunos, incluso por el propio Partido Demócrata, ha definido las elecciones de Estados Unidos desde hace más de 200 años.

El Colegio Electoral está compuesto por 538 votos, que se distribuyen entre los 50 estados de la Unión Americana, en función de su representación en el Congreso. 

Cada estado recibe dos votos automáticos —uno por cada senador— y una cantidad adicional determinada por sus distritos congresuales, lo que otorga una representación mínima de tres votos incluso a los estados con baja densidad poblacional, como Alaska.

Este sistema, que a primera vista puede parecer anticuado, sigue vigente precisamente porque ofrece un balance entre los estados más poblados y los menos densos. 

Un ejemplo claro es California, que tiene 54 votos electorales —dos por sus senadores y 52 por sus distritos congresionales— mientras que estados pequeños como Alaska, con apenas tres votos, mantienen su relevancia en la suma total del Colegio.

Uno de los aspectos más característicos del sistema estadounidense es la regla del “ganador se lleva todo”: en casi todos los estados, el candidato que gana el voto popular se adjudica la totalidad de los votos electorales de ese estado. 

Sin embargo, existen dos excepciones: Maine y Nebraska, que dividen sus votos de acuerdo con el resultado de cada distrito congresual, lo que abre la puerta a que sus votos se reparten entre candidatos de diferentes partidos.

Esta flexibilidad introduce una dinámica adicional de competencia en un sistema que ya de por sí es complejo y que exige a los candidatos estrategias muy específicas para asegurar los 270 votos electorales necesarios para ganar.

Swing States: Su importancia en las elecciones de Estados Unidos

Dentro de este contexto, los llamados “swing states” (estados columpio o bisagra) cobran una importancia particular. 

Se trata de entidades donde los niveles de apoyo entre republicanos y demócratas son casi iguales, lo que hace que el resultado sea impredecible y que cualquier variación mínima en la intención de voto pueda inclinar la balanza.

En la elección de 2024, los “estados bisagra” más relevantes son Pennsylvania, Georgia, Carolina del Norte, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada, que en conjunto representan 93 votos electorales, 17% del total.

Los márgenes de votación en los swing states suelen ser extremadamente cerrados, a menudo con diferencias de menos del 3% entre candidatos, lo que significa que hasta el último momento, cualquier cambio en las preferencias podría modificar el resultado. 

Esto convierte a los swing states en el principal objetivo de las campañas, dado que el partido que logre conquistar el voto popular en ellos, se asegurará todos sus votos en el Colegio Electoral y por tanto una ventaja decisiva.

Un desenlace que impactará 

El Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el desenlace de las elecciones en Estados Unidos en 2024 será observado por todo el mundo.

La postura de cada candidato, Donald Trump o Kamala Harris, en temas como el comercio, la migración, y la cooperación económica y seguridad, tendrá repercusiones significativas para la región y en especial para México. 

“Las nuevas amenazas del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) de expulsar migrantes, construir un muro fronterizo y aplicar un proteccionismo comercial, obligan a México a diseñar una política de Estado centrada en superar su desarrollo interior desequilibrado”, señala el centro. 

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