Por primera vez, SpaceX, de Elon Musk, lanzó su crucero espacial Starship de nueva generación sobre el nuevo cohete Super Heavy, en un esperado vuelo de prueba sin tripulación que acabó minutos después del despegue con una explosión en el cielo.

El cohete espacial de dos etapas, más alto que los 120 metros de la Estatua de la Libertad, despegó del puerto espacial y centro de pruebas Starbase de la empresa, al este de Brownsville, en el estado de Texas, para lo que iba a ser un vuelo de 90 minutos y su debut espacial.

SpaceX retransmitió en directo el despegue a través de Internet, mostrando cómo el cohete se elevaba desde la torre de lanzamiento hacia el cielo matutino mientras los 33 motores raptor del Super Heavy rugían en una bola de llamas y nubes de gases de escape y vapor de agua.

Pero a menos de cuatro minutos del inicio del vuelo, la etapa superior de la Starship no logró separarse de la inferior, la Super Heavy, tal y como se había previsto, y se vio cómo el vehículo combinado giraba sobre sí mismo antes de explotar.

Una fuente de alto nivel de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) dijo que es probable que la terminación automática del vuelo de la nave espacial se haya activado, lo que provocó la desintegración del cohete.

A pesar de ello, los responsables de SpaceX celebraron en la retransmisión la hazaña de conseguir que el Starship totalmente integrado y el cohete propulsor despegaran sin problemas y calificaron el breve episodio de vuelo de prueba como exitoso.

El ingeniero principal de integración de SpaceX, John Insprucker, que se desempeñó como uno de los comentaristas en retransmisión, dijo que el vuelo de prueba proporcionaría una gran cantidad de datos importantes que allanarían el camino para que la compañía avance con pruebas adicionales.

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