Bulgaria y Croacia han sido aceptados dentro del mecanismo ERM-2, un paso obligatorio para adoptar el euro y comenzar la primer expansión del bloque desde la inclusión de Lituania en 2015, informó el Banco Central Europeo (BCE) este viernes.
Tras la aprobación de los ministros de finanzas de la euro zona y oficiales del BCE, los dos países de Europa oriental se unirán también a la unión bancaria del bloque, lo que pondrá a sus principales acreedores bajo la supervisión del BCE a partir del primero de octubre, dijo el banco a través de un comunicado.
Las dos naciones deben pasar al menos dos años en ERM-2 antes de comenzar las preparaciones prácticas para adoptar el euro, un proceso que toma alrededor de un año más, por lo que su membresía ocurriría en 2023, por muy temprano.
La decisión representa un hito importante en los esfuerzos de Bulgaria y Croacia de unirse a la zona euro
dijo la Comisión Europea.
Unirse al euro sería un avance especialmente importante para Bulgaria, que entró a la Unión Europea en 2007 y ha luchado contra preocupaciones por el crimen organizado y su relativa pobreza. Su economía tiene el menor PIB per cápita del bloque.
Para Croacia, que entró a la Unión en 2013, representa un medio para cimentar su ganancia económica y su estabilidad desde la caída de Yugoslavia en los años 90.
Muchos ciudadanos croatas ya ahorran en euros, y el país también está buscando unirse a la zona Schengen, lo que permitiría a sus habitantes viajar sin pasaporte a muchos países europeos.
Durante los dos años de ERM-2, las dos naciones deben mantener políticas económicas sólidas, cumplir con los criterios de membresía y tener un tipo de cambio estable.
Ambos países se sentarán en la Mesa de Supervisión del BCE desde octubre, y tendrán derecho a voto.
Como parte del ERM-2, el BCE fijó el tipo de cambio del lev búlgaro en 1.95583 por euro, y el de la kuna croata en 7.53450 por euro.