El crecimiento del sector manufacturero de Estados Unidos se desaceleró en enero por tercer mes consecutivo, limitado por las dificultades de suministro y la escasez de mano de obra, a pesar de las señales de mejora.
Se dio a conocer que el índice medido por la federación profesional ISM se situó en 57.6% en enero, conforme a lo esperado por los analistas, frente a 58.8% en diciembre, según un comunicado divulgado este martes.
La actividad es creciente cuando el índice está por encima del 50% y se contrae cuando es inferior a ese nivel.
El sector manufacturero de Estados Unidos permanece en un entorno de fuerte demanda y sigue limitado por la cadena de suministro
dijo el gerente de encuestas de ISM, Timothy Fiore, en el comunicado.
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Noticias alentadoras
Pero la buena noticia es que “enero fue el tercer mes que mostró signos de mejores recursos laborales y rendimiento de entrega de los proveedores”.
La variante del coronavirus altamente contagiosa ómicron, que disparó el número de casos de COVID-19 y por tanto las cuarentenas desde finales de diciembre, también pesó sobre la actividad.
🇺🇸 Mal dato de enero: El PMI manufacturero del ISM cayó por 2° mes consecutivo, a 57.6 pts. La lectura apuntó al crecimiento más débil de la actividad fabril desde septiembre de 2020. pic.twitter.com/0SEUp2lX38
— Janneth Quiroz Zamora (@Janneth_QuirozZ) February 1, 2022
De hecho, esto ha causado una “escasez de materiales críticos, dificultades en el transporte de productos y falta de mano de obra en las fábricas”, detalló Fiore.
Pese a ello, las empresas encuestadas mantienen el optimismo, precisó.
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Inicio del problema
La crisis de semiconductores comenzó en 2020, cuando los sectores automotriz y tecnológico se reactivaron luego de estar suspendidos por la pandemia de COVID-19.
Con la demanda de componentes de estos sectores se reanudó, pero los fabricantes de estos ya estaban operando al máximo de su capacidad, abasteciendo a las industrias de telecomunicaciones y de electrónica, que en la pandemia experimentaron una mayor demanda.
La secretaria de Comercio de EU, Gina Raimondo, reconoció que “no están ni siquiera cerca de estar fuera de peligro” del problema, después de realizar un sondeo a 150 productores mundiales de estos insumos.
Algunas compañías como Intel estiman que la escasez se extenderá hasta 2023. La demanda de estos chips en 2021 registró un aumento del 17 % frente a 2019, según los datos del gobierno estadounidense.
Con información de AFP