El Tratado México, Estados unidos y Canadá (T-MEC) que reemplazará al TLCAN está una vez más en el ojo del huracán. En esta ocasión no solo se debe al presidente estadounidense Donald Trump, sino al Partido Demócrata, que tradicionalmente se ha opuesto a los acuerdos de libre comercio.

Los demócratas, que recién ganaron la mayoría en la Cámara de Representantes en Estados Unidos, demandan que México acelere cambios en la Ley Federal del Trabajo (LFT) para aprobar el acuerdo.

Uno de los temas que más han señalado es el sindical, ya que la LFT deberá garantizar el derecho de negociación colectiva a través de los sindicatos reconocidos.

Nancy Pelosi, quien liderará la Cámara de Representantes, dijo en días pasados que México debe aprobar los cambios a la Ley del Trabajo para darle luz verde al nuevo acuerdo. “Sin la ejecución no hay nada. Sin eso solo estamos renombrando el TLCAN”, expuso.

El Senado de México ratificó en septiembre el Convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo, con el que se asegura el ejercicio de la libertad sindical y la negociación colectiva para que estas no sean motivo para obtener o perder un empleo, lo cual apuntaba a una reforma en la LFT que tardaría un año en entrar en vigor.

No obstante, las presiones sobre el T-MEC adelantarán el proceso y el Congreso de la Unión se apresura para aprobar los cambios a la Ley antes de que finalice el 2018.

“Son cambios que México quiere meter, que definimos, que nadie nos está imponiendo, son cosas que sacamos en consulta con la Secretaría del Trabajo y en particular con la Secretaría del nuevo gobierno (…) Se había pensado que se hiciera todo eso antes de la firma del tratado que es 30 de noviembre pero quedó claro que era algo muy forzado entonces se dio un mes de plazo de buena fe”, dijo el miércoles Jesús Seade, uno de los negociadores del T-MEC por parte del equipo de Andrés Manuel López Obrador.

El 30 de noviembre los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá firmarán el acuerdo al que llegaron, pero después de esto, el texto debe ser ratificado por los Congresos de cada país.

Entre los principales puntos que la Ley tendrá que contemplar en cuanto a materia sindical y negociación colectiva destacan:

-Establecer el derecho de los trabajadores de involucrarse en actividades para la negociación o protección colectiva y de organizar, formar o unirse al sindicato de su preferencia.

-Prohibir la dominación o interferencia de los patrones en las actividades sindicales, al igual que prohibir la discriminación o coerción contra los trabajadores por apoyos sindicales o por su negativa a unirse al sindicato debidamente reconocido.

-La creación de una entidad independiente que verifique que los contratos colectivos de trabajo cumplen con los requisitos legales relacionados al apoyo de los trabajadores para que sean registrados libres de toda coerción e injerencia externa.

-Comprobar el apoyo mayoritario para futuras revisiones (salario / condiciones generales de trabajo) de todos los contratos colectivos de trabajo existentes, mediante el voto personal, libre y secreto, por mencionar algunos.

“Como es de esperarse, los cambios  traerán aparejada una profunda transformación en las relaciones colectivas de trabajo en México” escribió en un reporte Salvador Pasquel, socio del grupo de práctica Laboral y Compensaciones Baker McKenzie México.

Francisco Hernández Juárez, secretario general del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y Presidente Colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores, dijo en una conferencia que los sindicatos estadounidenses serán vigilantes permanentes de lo que significa la firma de un contrato colectivo, y si un contrato no es acertado, ellos van a poder alegar que no se está cumpliendo con la ley.

Por lo pronto, 11 senadores republicanos, encabezados por Pat Toomey, R-Pa .enviaron una carta a Trump para pedirle que el T-MEC sea ratificado este año, antes de que los demócratas de la Cámara de Representantes tomen el control y hagan que el paso sea “significativamente más difícil”.

Seade, por su parte, considera que en caso de que los demócratas no aprueben el T-MEC la opción será continuar con el TLCAN.

“Tiendo a pensar que con la negociación como se ha completado de buena fe entre los tres países y Trump diciendo que es el mejor Tratado de todos los tiempo, sí siento que si se llega a caer porque no lo aprueban, no van a tener capital político para salirse del TLCAN”, dijo el negociador de López Obrador.

Trump vuelve a la carga

En este contexto, Donald Trump arremetió con nuevas amenazas al decir que cerrará toda la frontera con México, incluso el intercambio comercial si la situación migratoria se sale de control.

“Si llega a un nivel en el que perdemos el control o personas pueden resultar heridas, cerramos el ingreso al país por un tiempo (…) Me refiero a toda la frontera. México no podrá vender sus automóviles a Estados Unidos”, dijo el jueves.

Desde hace un mes, unos 9,000 migrantes centroamericanos emprendieron una caravana hacia Estados Unidos con el objetivo de pedir asilo.

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