En esta etapa de elevada inflación, un nuevo fenómeno se abre paso para enfrentar a las empresas y consumidores: la reduflación.
A lo largo y ancho de los anaqueles tanto de supermercados como de tienditas se observan cada vez más productos con un menor volumen del que solía venderse en el mercado.
Por ejemplo, un paquete de servilletas que anteriormente era de 450, ahora es de 420 y en algunos casos el precio es el mismo o bien se eleva, lo que sin duda merma aún más el presupuesto de las familias.
El término en inglés es ‘shrinkflation’ y ha sido estudiado por la economista británica Pippa Malmgren para ejemplificar este fenómeno en el que las empresas reducen el volumen de los productos ante una elevada inflación, por lo que se atribuye a una estrategia de las empresas para mantener sus ganancias.
Hablamos de reduflación cuando un producto reduce su tamaño, su cantidad o el número de unidades que se venden en un mismo envase sin que esa reducción repercuta en una disminución del precio
explica Malmgren en su libro ‘Signals: How Everyday Signs Can Help Us Navigate the World’s Turbulent Economy’
Shrinkflation presages inflation. Stop looking for shrinkage. Watch for outright price hikes https://t.co/OoGTLA0rNW https://t.co/wPAqlPHHmv pic.twitter.com/oPHNDedQA8
— Pippa Malmgren (@DrPippaM) August 1, 2017
Estrategia de las empresas
La mayor presión inflacionaria ha permitido que las empresas recurran a estas prácticas para evitar una caída en la demanda, por lo que también optan por ofrecer diversas presentaciones.
Un ejemplo es Coca-Cola que ofrece una botella de 250 ml; 350 ml; 450 ml; 600 ml; 1 litro; 1.25 litros; 2 litros y hasta 3 litros que en cuanto a precios, se ajustan al bolsillo de los consumidores.
Desde el punto de vista del consumidor, este evalúa para qué producto le alcanza y gasta. También hay consumidores que pueden seguir comprando un producto aunque se eleve el precio, dijo en entrevista el presidente de la ANPEC, Cuauhtémoc Rivera.
El consumidor a veces opta por comprar el de menor volumen, pero saca las proporciones y le resulta más caro, entonces al final se encarece el producto y la gente termina por verse afectada y es lo que afecta su bolsillo. La gente no aprecia el tamaño mini
dijo el titular de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC)
En este sentido, la economista y analista independiente, Irasema Dagnini, considera que este fenómeno les sirve a las empresas como estrategia permitiendo que sus ventas se mantengan.
A las empresas les funciona la estrategia de la reduflación porque siguen vendiendo, porque siguen creciendo sus ventas y al consumidor le van a dar una alternativa
comentó Dagnini
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Reduflación: estrategia de doble filo
En el proceso de llegada de productos con un menor contenido, las empresas involucradas deben ser transparentes, pues así los consumidores conocen cuánto están consumiendo.
Los hogares están buscando esas opciones de gramaje más pequeños para que su desembolso no aumente. Una opción para las empresas es ofrecer formatos pequeños pero con precios más bajos que ayuden a regular ese desembolso
dijo en entrevista la gerente de estudios especiales de la división Worldpanel de Kantar México, Stephanie del Razo.
Un análisis realizado por BBVA indica que, la estrategia como reduflación, puede ser un arma de doble filo con ganancias en el corto plazo, pero pérdida de confianza en el largo plazo.
Puede dar réditos económicos a corto plazo, en periodos de alta inflación en que tanto la subida de precio como el cambio de composición del producto resultan estrategias difíciles de implementar. Sin embargo, cuando el consumidor percibe que se ha echado mano de este recurso, puede sentirse engañado, perder confianza en la marca y buscar alternativas
según la institución financiera