El costo total del plan presupuestario (3.5 billones de dólares) de la administración del presidente Joe Biden está encendiendo debates acerca de las posibles presiones inflacionarias que generaría, las cuales se sumarían a los altos niveles de inflación actuales, informó el periódico británico Financial Times.
Asimismo, las preocupaciones por los recientes aumentos en los precios al consumidor podrían tambalear las negociaciones para la aprobación de los proyectos de Ley de la administración Biden que se llevarán a cabo a fines de mes, una vez que la Cámara de Representantes regrese del receso de verano.
“La inflación se ha convertido en parte del debate del Congreso por primera vez los 25 años que llevo haciendo esto”, dijo Jason Furman, investigador principal del Peterson Institute for International Economics, quien anteriormente se desempeñó como asesor económico de los presidentes Barack Obama y Bill Clinton.
Por su parte, Robert Kahn, director de estrategia global y macro global de Eurasia Group, señaló que la inflación seguirá siendo un factor “destacado” durante el debate fiscal entre ambos partidos y que se “intensificará” a medida que los demócratas desarrollen sus planes de gasto.
“Los demócratas progresistas que abogan por un mayor gasto se sentirán aliviados al ver que la inflación puede estar cerca de un pico. Los republicanos continuarán presionando, pues piensan que la inflación es mucho más alta de lo que los consumidores están acostumbrados; y la relacionan con la política del gobierno “.
Menos presupuesto
Tal es el caso de los legisladores republicanos, incluidos algunos “moderados” que suelen apoyar al partido demócrata, pues citaron la última cifra de inflación (5.4% a tasa anual en julio), para justificar su oposición al presupuesto formulado por la administración Biden.
Del mismo modo, Joe Manchin, senador demócrata de Virginia del oeste, comentó que es irresponsable continuar gastando como si la economía estuviera en crisis, cuando, por el contrario, está al borde de un sobrecalentamiento.
Al igual que Manchin, Kyrsten Sinema, senadora demócrata de Arizona, advirtió sobre el tamaño del proyecto de ley presupuestaria y dijo que, si bien no se interpondría en el camino del marco de resolución, quería un presupuesto menor.
Tanto Manchin como Sinema podrían retrasar el presupuesto en el Senado, que los demócratas controlan por el margen más estrecho, mientras la Cámara de Representantes alta está dividida, 50-50, entre demócratas y republicanos.
Gastemos más
Sin embargo, el presidente Biden ha rechazado rotundamente estas afirmaciones, señalando la fuerte desaceleración en las ganancias de precios para la inflación “subyacente”, que elimina los elementos volátiles como alimentos y energía, y para elementos como automóviles usados y otros gastos relacionados con viajes, cuyos aumentos anteriores han contribuido a la aceleración de la inflación este año.
Argumentó que las inversiones incluidas en el proyecto de ley de presupuesto ayudarían a contrarrestar los crecientes costos de artículos esenciales como vivienda, alimentos y atención médica, reiterando un argumento presentado por economistas en el Consejo de Asesores Económicos y la Oficina de Gestión y Presupuesto este mes.