Las medidas fiscales y de estímulo monetario dispuestas para las principales economías en América Latina ayudarán a mitigar el impacto de la pandemia del COVID-19 en la región, pero los riesgos crediticios seguirán elevados en varios sectores, incluso después de que pase la peor parte de la pandemia, dijo el viernes la agencia de calificación de crédito Moody’s.
“La magnitud y la efectividad de las políticas implementadas han variado; Brasil, Chile y Perú, por ejemplo, han adoptado medidas importantes de gran alcance”, dijo Gersan Zurita, Senior Vice President de Moody’s. “En Colombia y Argentina, la respuesta fiscal ha sido menor, mientras que en México ha sido aún más limitada”.
De acuerdo con el reporte, en toda la región, los gobiernos sufrirán un deterioro de sus finanzas y un aumento de los niveles de deuda a medida que el colapso de la actividad económica golpea los ingresos, y el gasto aumenta para mitigar los efectos de la crisis.
La exposición a la caída de los precios de los productos básicos, el endurecimiento de las condiciones de crédito y el aumento de las primas de riesgo también agravarán el impacto en la mayoría de los países.
Muchas empresas latinoamericanas se beneficiarán indirectamente de las políticas fiscales y monetarias del gobierno, como tasas de interés más bajas, reducción de impuestos y asistencia a las personas. Solo algunos sectores, principalmente las compañías aéreas y las viviendas, recibirán ayuda directa de los gobiernos. La mayoría de los paquetes de ayuda son para pequeñas y medianas empresas y para individuos, no para grandes empresas
Las medidas adoptadas por los reguladores con la esperanza de mantener la salud de los sistemas financieros han dado lugar a mayores riesgos crediticios, ya que la flexibilización de los estándares regulatorios puede reducir la probabilidad de una intervención regulatoria anticipada.
Las medidas del gobierno federal mitigarán pero no eliminarán las presiones fiscales sobre los gobiernos regionales y locales, mientras que los retrasos en los pagos debilitarán el desempeño de los financiamientos estructurados.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía de la región se contraerá en su conjunto 5.2% este año, abrumada en particular por el desplome de los precios de las materias primas que exportan muchos países y la paralización de la actividad en segmentos clave.
Con información de Reuters.