Durante el primer semestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) de México anotó un crecimiento de 7.4% anual, su mejor dato para un mismo periodo desde 1981, resultado de una baja base de comparación y acompañado del dinamismo que han mostrado algunos sectores de la economía.

Si solo se considera el segundo trimestre, la economía mexicana mostró un repunte del 19.5% anual; mientras que en términos trimestrales mostró un avance del 1.5%, de acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Pese a esta buena señal de la economía mexicana, el analista senior de Masari Casa de Bolsa, Carlos Hernández, dijo que se empezará a observar cierta desaceleración en la segunda mitad del año, ante la tercera ola de contagios de COVID-19 que podría impactar en diversos sectores como el de servicios. 

Habrá sectores que mostrarán algún rezago. La tendencia general debe ser de expansión, especialmente por el impulso que pueda dar el plan de infraestructura del presidente estadounidense Joe Biden

dijo Hernández en entrevista.

Grupo financiero Monex explicó que la economía muestra una “recuperación dinámica” y que los datos obtenidos en el primer semestre, el PIB de México puede presentar un crecimiento del 6.5% en 2021, impulsado especialmente por el sector interno.

 “Si bien hacia adelante permanece un grado elevado de incertidumbre, consideramos que los avances obtenidos en los primeros meses del año serán suficientes para que la cifra de crecimiento del PIB de México en 2021 sea generosa y mantengamos nuestro pronóstico de 6.5%”, señaló Monex.

Por su parte CI Banco coincidió en que, si bien se tuvo un fuerte rebote en el segundo trimestre del año, aún persisten dudas y riesgos para mantener el ritmo de recuperación durante la segunda mitad del año.  

Manufactura le da más impulso al PIB

Al interior de la economía en todo el primer semestre, el sector que mostró un crecimiento más pronunciado fue el secundario, que repuntó 11% anual, su mejor alza para un mismo periodo desde que se tiene registro.

El único sector que tuvo un descenso fue la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, cuya caída fue de 1.1% en el semestre; en este lapso, este rubro se vio afectado por la tormenta invernal en el norte del país provocando apagones.

La construcción tuvo un alza de 9.5%, impulsada por la demanda de Estados Unidos y en parte por la puesta en marcha de proyectos ante la reapertura de la economía mexicana; sin embargo, fueron las industrias manufactureras las que anotaron un crecimiento más fuerte: 16.2% entre enero y junio, respecto al mismo periodo del año pasado. 

Según Hernández, el sector automotriz aún percibirá el impacto de la escasez global de semiconductores. 

“Todavía será un factor de peso porque los cuellos de botella a nivel global siguen y al igual que un incremento de casos de COVID-19, puede retrasar la recuperación”, dijo el analista senior de Masari Casa de Bolsa.

Apertura económica da respiro a servicios 

Mientras más personas son vacunadas, la economía se reabre y permite que el sector servicios, el de mayor importancia en el país, regrese paulatinamente a la normalidad. 

En el primer semestre del año tuvo un crecimiento de 6%, su mejor dato para un mismo periodo desde 2010, cuando repuntó 6.2%, tras el impacto provocado por la crisis hipotecaria de 2008-2009. 

Tanto el comercio al por mayor, como el comercio al por menor tuvieron un alza a doble dígito. 

Entre enero y junio, el comercio al por mayor se aceleró 14.3% anual; mientras que el comercio al por menor, 14.9%, reflejo de menores restricciones a la movilidad y la apertura de estas unidades económicas. 

De acuerdo con Carlos Hernández el motor de este sector seguirá siendo las ventas mayoristas y el comercio al por menor. No obstante, los servicios pueden verse afectados en caso que los casos de COVID-19 sigan incrementándose, lo que debilitaría el consumo y como efecto retrasaría incluso proyectos de inversión.

“Un incremento en los contagios probablemente impacte negativamente. También se podrían postergar procesos de inversión fija bruta”, subrayó Hernández.

Con un menor dinamismo, pero un crecimiento sólido, se ubicó el sector primario. Esta rama de la economía avanzó 4.5% entre enero y junio, siendo su mejor primer semestre desde 2012, según el instituto que dirige Julio Santaella. 

Hernández prevé que este sector se encamina a una fase de estabilidad, luego de mostrar crecimientos desde el tercer trimestre de 2020.