Pese a que la vivienda en México logró repuntar en 2023, el sector es uno de los más castigados en la economía del país; sin embargo, el resultado podría cambiar con el Programa de Vivienda Social que impulsa la presidenta Claudia Sheinbaum.

De acuerdo con la Cuenta Satélite de Vivienda de México 2023, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Producto Interno Bruto (PIB) del sector de la vivienda incrementó 2.6% a tasa anual.

Este aumento, que comprende 84 actividades como edificación, servicios inmobiliarios y de alquiler, servicios financieros y de seguros, entre otras; superó el resultado previo, de una caída de 1.1%.

Sin embargo, el crecimiento de este sector registra una menor alza comparada con la economía nacional.

Vivienda crece en menor proporción al PIB

En 2023 el PIB nacional aumentó 3.2% anual, contra el alza de 2.6% de la vivienda. En contraste, el primero creció 3.6% y el segundo cayó 1.1%. Si bien el año pasado la vivienda superó a la economía total (7.5% contra 5.8%), se debió a que en 2020 los estragos fueron peores para este sector.

En tanto, al observar la evolución del PIB de vivienda por grandes actividades, los resultados fueron mixtos. Los servicios inmobiliarios crecieron 21.6% y la autoproducción aumentó 4.6%.

Por su parte, la producción de unidades económicas que desarrolla el sector inmobiliario disminuyó 2.7%, la autoconstrucción cayó 5.7% y los servicios de financiamiento disminuyeron 9.2%.

La medición de la vivienda contempla a las unidades económicas dedicadas a la edificación, financiamiento, regulación, fomento, servicios inmobiliarios y el alquiler efectivo de las casas, quedó por debajo del crecimiento nacional.

Participación por debajo de 6%

En 2023, el PIB del sector de la vivienda llegó a 1.60 billones de pesos, en términos corrientes. Esta cifra representó una participación de 5.33% en el PIB total de México, por encima del resultado del año previo de 5.28%.

Aún con el crecimiento, la vivienda no logra superar el 6% de participación en la economía nacional. De acuerdo con los registros, su nivel más alto se observó en 2008 cuando registró una contribución de 5.99%.

Al desagregar por tipos de producción, el PIB de la vivienda se distribuyó en producción para el mercado con 41.2% del total; producción no de mercado —bienes y servicios que se ofrecen a precios no significativos o que no inciden en las decisiones de quienes los producen o compran, y que por lo general los proveen el gobierno o las instituciones sin fines de lucro—, con 0.9%.

Así como en producción para uso final propio —bienes y servicios que generan los hogares para su propio consumo: autoconstrucción, ampliación y mejoramiento de vivienda, autoproducción y supervisión e inspección—, con 57.9%.

Según el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte, el PIB de la vivienda se distribuye en el valor de la construcción asociado con la edificación, ampliación y mejoramiento residencial, que aportó 67.7%.

Los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles relacionados con la vivienda aportaron 26.8% del total y los servicios financieros y de seguros vinculados con este sector lo hicieron con 4.1%.

Vivienda impulsada por Claudia Sheinbaum 

Con el inicio de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, se dio a conocer un ambicioso plan que pretende construir un millón de viviendas de interés social a través del Programa de Vivienda y Regularización.

Del total,  500,000 serán construidas por el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para la población derechohabiente, mientras que la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) realizará otras 500,000 para personas no derechohabientes, cuyo financiamiento será por parte de la Financiera del Bienestar (Finabien).

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