La economía de China creció 6.4% en el primer trimestre del año, respecto al mismo periodo del año previo, superando las expectativas y manteniéndose estable respecto al cuarto trimestre, ayudada por un fuerte aumento de la producción industrial, mostraron este miércoles datos oficiales.
Analistas consultados previamente esperaban que el crecimiento se desacelerara levemente a 6.3% en el primer trimestre, su menor ritmo de expansión en al menos 27 años, luego de una expansión de 6.4% en el último trimestre de 2018.
La producción industrial creció 8.5% en marzo, respecto al mismo mes de 2018, después de un inicio de año débil.
Los socios comerciales de China e inversionistas están buscando señales de una mejoría en su economía en medio de crecientes temores sobre un debilitamiento de la expansión global.
Las cifras iniciales de marzo habían ofrecido señales alentadoras de que la economía estaba comenzando a dar vuelta la página luego de un difícil comienzo de año, pero analistas dicen que es muy pronto para determinar si se trata de un cambio sostenible.
China continuará implementando una política monetaria prudente y de ninguna forma adoptará estímulos “colosales”, dijo este miércoles el Gabinete, horas después de la publicación de las cifras del PIB.
El Gobierno utilizará con flexibilidad sus herramientas de política monetaria para expandir el crédito, garantizará que los costos de financiamiento para las pequeñas firmas caigan este año y se asegurará de que las emisiones de deuda de las empresas privadas sean mayores en el 2018, afirmó.
La importancia del sector inmobiliario
Los datos económicos del primer trimestre muestran que la inversión inmobiliaria fue un importante motor de crecimiento. En los primeros tres meses del año, aumentó 11.8%, la mayor ganancia interanual en más de cuatro años.
El aumento de la inversión no fue tan rápido como en años anteriores, cuando era común un crecimiento del 20% o superior, pero dado el gran tamaño que ha alcanzado el sector, avance sobre una base más amplia, detalla el WSJ.
De acuerdo con el Wall Street Journal, la inversión inmobiliaria se ha convertido en una soga alrededor del cuello de los responsables de la política económica.
Alentadas por el auge de la propiedad, las empresas manufactureras productivas cambiaron cada vez más los recursos al sector inmobiliario, reduciendo 0.5 puntos porcentuales del crecimiento de la productividad por año, lo que podría afectar el potencial de largo plazo de la economía china.
“Es comprensible que Pekín no se sienta cómodo con tratar de detener el avance: la vivienda es el principal vehículo de ahorro para la clase media china y es vital para la salud de la economía, por lo que no puede permitir que los precios bajen”, detalló el diario.
Con información de Reuters